domingo, 21 de agosto de 2011

Obsequios

El pasado 10 de agosto Rodrigo me visitó. El plan era pasar un buen rato y entregarle el obsequio que le traje de Turquía. Todo resultó bien, porque es un chico bastante jovial.
Hoy visité a Sr. L en su departamento con el mismo propósito. Debía entregarle además, un libro y dos películas que me prestó antes del viaje. Por cierto, el tiempo fue tan escaso y no alcanzó para leer o sentarme frente al televisor.
Fuimos a la Plaza de Armas y llegamos hasta la Catedral de Santiago. Pasamos por fuera de la Fuente Holandesa, pero ahora ese ambiente no llamó mi atención. En realidad, ahora estoy preocupado de otros asuntos.
Parece que hay un antes y después de Turquía. No creí que mi vida cambiaría tanto, pero he comenzado a escribir un nuevo capítulo que me gusta muchísimo. Tengo proyectos, ilusiones, pero sobre todo ganas. En este sentido, viajar fue un obsequio celestial.

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