miércoles, 25 de diciembre de 2019

En estas fiestas


Elhamdülillah soy musulmán y no celebro navidad (sólo yo en mi familia). Pero a quienes sí la celebran les pido que los deseos de amor y paz no duren veinticuatro horas porque actualmente el mundo entero necesita que dejemos de ser tan confrontacionales.
Está bien defender los derechos e ideales, pero sin dejar de lado el respeto por un igual. Ser empático muchas veces significa ponerse en el lugar de quien no piensa igual que yo y reconocer su legitimo derecho a tener diferencias.
Empatizar con quien enarbola la misma bandera que yo es fácil, porque es amarme a mí mismo de algún modo. Dialogar significa escuchar a quien piensa lo contrario y reconocer que su perspectiva es legítima, según su experiencia e historia de vida.
En estas fechas tan señaladas suele pensarse en los regalos y una opípara cena con quienes amamos. Como musulmán les invito a recordar también a aquellas personas que tanto significaron para nosotros y ya han fallecido, los parientes de quienes nos hemos distanciado, aquellas relaciones que se han roto, quienes estarán solos en estos días, los amigos que estando muy lejos seguimos sintiendo cerca, aquellos que no recibirán obsequios porque su dolor a veces les supera y quienes han tenido más razones para llorar que para festejar. Dejemos de proclamar y actuemos por amor, sólo eso.
Quisiera recordar también a todas aquellas personas que han sufrido alguna desgracia y enviarles a la distancia un abrazo grande, por encima de nuestras diferencias e incluso similitudes.
No olvidemos cómo amar y todo lo que ello significa. Que Allah esté con ustedes.

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