Hoy vi El Hombre de Acero, la nueva versión cinematográfica
del clásico de DC Comics, Superman, esta vez llevada a la pantalla grande por el
productor Christopher Nolan y el director Zack Snyder y protagonizada por Henry
Cavill (Los Tudor, Stardust: El misterio de la estrella e Inmortales).
En realidad no hay mucho qué destacar en cuanto al argumento
porque salvo algunas técnicas de relato, nos cuenta la misma historia ya por
todos sabida sobre cómo y por qué Kal-El fue enviado a la Tierra. Sin embargo,
en esta oportunidad se desarrollan aún más algunos personajes que anteriormente
parecían un relleno. Por vez primera nos muestra a un General Zod (Michael
Shannon) capaz de argumentar su maldad casi de manera justificable, diciendo
que el propósito de su nacimiento siempre había sido proteger Kriptón.
Quizás sea éste el detalle más innovador que nos presenta la
nueva versión, pues desde un principio se plantea que Kripton llega a ser un
planeta tan avanzado, que ni siquiera es necesario el contacto sexual para la
reproducción de sus habitantes, pues estos son diseñados genéticamente por un
Códice, instrumento que contiene la información del ADN kriptoniano para
producir en masa las nuevas generaciones, asignándoles desde su nacimiento la
tarea que deberán desempeñar durante la vida adulta.
El argumento nos muestra que la razón para salvar a Kal-El
es que ha sido concebido de la manera tradicional, siendo el primer bebé
kriptoniano gestado en un vientre desde hace generaciones. Además, esta
criatura lleva encriptado el Códice en su ADN y por lo tanto, tiene la clave
para colonizar otro mundo.
Esta película te enfrenta estilo La Matriz a la posibilidad
de desarrollar con mayor eficacia una manipulación genética que ya se está
dando cuando en algunos países, los padres pueden programar las características
físicas de un bebé inseminado artificialmente. Te plantea además, la disyuntiva
moral de fomentar estas acciones.
Otra innovación concerniente al relato es que por primera
vez se nos dice que hubo colonizadores kriptonianos en diversos planetas y en
la Tierra antes de que llegara Superman y se aclara mucho más cómo sus padres
sabían sobre la existencia de nuestro mundo. De hecho, hasta se da una
referencia temporal para entender cuándo existió Kriptón y cuán atrasados
estábamos tecnológicamente en comparación con ellos.
Desde un punto de vista más frívolo, lo interesante podría
ser que esta vez Clark Kent es un tipo más viril, no tan amanerado y se acentúa
la sexualidad del personaje mostrando más piel, múisculo e incluso vellos en el
pecho. Tal vez esto pueda interesarle al público femenino o gay que antes debía
conformarse con ver a un Superman casto. Para ponerme aún más superficial les
diré que ahora el superhéroe no usa calzoncillos rojos sobre el traje, pero
marca paquete.
Moralmente podría acentuar que el personaje se ve enfrentado
a la culpa de perder a su padre adoptivo por no atreverse a usar sus poderes
quedando expuesto. Además, ésta es la primera vez que Kal-El o Superman, un
ideal, se atreve a matar, siempre para salvar vidas pero ya no posee
restricciones impuestas tan férreamente por su crianza como humano.
Por último, los efectos especiales muy buenos, son el
complemento perfecto para presentarnos un extraterrestre que al principio
desconoce su origen pero mientras crece asume una superioridad con respecto a
quienes le rodean.
Espero que tengan oportunidad de verla y disfrutarla.