Quienes
lleven un tiempo leyendo este blog, sabrán ya que uno de los temas más
recurrentes es mi diario íntimo…, aquel cuaderno de turno donde escribo lo que
aquí no puede decirse o simplemente, el espacio muy personal para reflexionar
sobre la vida que Allâh me ha dado.
Hace
algunos días me di el trabajo de ordenar en el librero de mi habitación los
dieciocho diarios que se han salvado del periodo comprendido entre 1997 y 2013.
Además, dejé listo otro cuaderno de bolsillo que comenzaré a escribir cuando termine
el actual.
¿Qué
importancia tienen? Tal vez ninguna por ahora si no se revela públicamente el
secreto que me guardan entre sus añosas páginas. Sin embargo y aunque por
tiempo no me diera a la tarea de leerlos uno por uno, sé perfectamente que los
episodios más relevantes de mi vida se hallan registrados allí, dando
testimonio de una existencia insignificante, pero a la vez agradecida. Tan sólo
por dar algunos ejemplos:
1997-1999:
Mis últimos años de colegio, que por momentos no fueron los más agradables pero
fue entonces cuando definí mi personalida. Estudié en el Liceo Teniente Dagoberto Godoy Número 3.
2000-2002:
El periodo en que comencé a estudiar comunicación social y producción de
eventos en el instituto. Para entonces intentaba dejar atrás todos los
complejos que adquirí en el liceo debido a los sobrenombres, mis enfermedades y
mi personalidad algo siniestra.
En
esta etapa también conocí la música de Tarkan, descubrí mi inmenso amor por
Turquía planteándome el objetivo de viajar algún día y además, comencé mis
clases de turco con M. Y., un agregado cultural de la Embajada de Turquía en
Chile.
En
este lapso también me sometí a una tenotomía de Eggers en mis piernas, para
estirar los tendones e intentar caminar usando órtesis y bastones. Con el
tiempo, dejaría la rehabilitación.
Durante
estos años ocurriría el fallecimiento de mi abuelo paterno.
2003-2007:
Aquellos años fueron testigos de mi titulación como Técnico en Comunicación
Social con mención en Producción de Eventos, en el Instituto Profesional y
Centro de Formación Técnica ALPES. Sin embargo, la cesantía llegaría a mi vida,
aparentemente para quedarse porque ninguna empresa quiso aventurarse a
contratar un chico minusválido y además, diabético.
Mientras hacía mi seminario de título, también escribía mi primera novela, titulada Alma Negra.
En
este periodo fallecieron mis abuelos maternos. Con toda seguridad puedo afirmar
que el último deceso ha sido hasta ahora el dolor más profundo que he sufrido.
2008-2010:
Trabajé como columnista para los portales Radio Mitos RTV y la agenda cultural
electrónica Mentes Dispersas.
Estos
años fueron testigos de la publicación de Alma Negra por Editorial Forja, para
ser exacto en 2009.
Retomo
mis clases de turco, esta vez con A. K.
Escribo
mi segunda novela, aún inédita, titulada ¿Con cuántos hombres has amanecido?,
donde hago una descarnada crítica a la discriminación social ejercida sobre
homosexuales, drogadictos y grupos minoritarios.
2011-2013:
En este periodo se cumple mi mayor sueño hasta ese momento, pues finalmente
viajo a Turquía para conocer Esmirna, Éfeso y Estambul además de reunirme con
el mismísimo Tarkan gracias a la intervención del grupo Tarkan International.
Sin
duda hasta hoy no puedo dimensionar lo maravillosa que fue aquella experiencia
tras haber conocido gente realmente maravillosa, que cambió mi perspectiva
sobre el mundo.
En
este tiempo también doy mi testimonio de fe Islámica, convirtiéndome así en
musulmán luego de haber descubierto un camino, despojándome de las malas
experiencias que había tenido.
Más
recientemente escribo mi tercera y también inédita novela, titulada Síndrome de
Estambul: El diario de Sofía Mustakis, donde detallo mi viaje a Turquía en un
contexto ficticio, para inmortalizar aún más esa experiencia inolvidable.
Actualmente
me encuentro escribiendo mi cuarta novela, a la espera de hallar alguna
editorial aventurera que se atreva a publicar las dos anteriores para tener lo
que bien podría ser un par de Best Sellers a la venta.
Además,
ahorro dinero para viajar a Turquía una segunda vez, buscando material para
escribir la secuela que podría tener mi tercera obra. Sólo me falta un espíritu aventurero que realmente se embarque
conmigo en la travesía.
İnşAllah
mis planes se cumplan.
Como
podremos ver ustedes y yo, mi vida no es tan fútil como creí hace algunos años,
cuando un día le pregunté a Andrea R. –alias Cury- qué sentido tenía escribir
un diario y me respondió sabiamente «No es necesario ser como Ana Frank para
escribir un diario. Tu vida es emocionante porque es tuya, y eso la hace digna
de ser escrita».
Es
por esto que antes de ser comunicador social, columnista, escritor, novelista o
poeta, soy diarista. Recuerdo bien que en mi quinto cumpleaños, mi abuelita
materna me obsequió el primer diario y desde entonces, aunque algunos se han
perdido, no he parado de escribir.
He
omitido amores y desilusiones porque aunque sean un capítulo largo en mi vida y
el lector morboso se pueda entretener con ello, cualquiera que me conoce bien
sabe que jamás he tenido pareja hasta el momento. Por esto, tampoco es
necesario dar tanto detalle. Sólo diré para no dejar del todo insatisfecho a quien me lee, que mi amor es siempre sincero y estable. No corresponde dar aquí los nombres de mis heridas de guerras pasadas o aquel único amor que hasta hoy alegra mi alma. Pero sí puedo decirles que al final de todo este periplo, me he dado cuenta de que las oscuras tinieblas de antaño han sido felizmente reemplazadas por la luz de un conmovedor atardecer, como aquel que se ve en Üsküdar durante el verano.