«Quien no conoce Estambul, no conoce el amor».

Yahya Kemal Beyatlı.

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Carlos Flores Arias – Yahya.

Escritor chileno.

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viernes, 31 de mayo de 2013

Dura carga de los antidisturbios contra los indignados de Estambul

Reuters - Estambul.

La policía de Turquía ha lanzado cañonazos de gas y agua a manifestantes que han ocupado un céntrico parque de Estambul, hiriendo a más de una decena de personas, entre las que se encontraban turistas y niños en la represión más dura que ha vivido el país en los últimos días en los que se han sucedido las protestas contra el Gobierno.
La concentración en el Parque Gezi comenzó a última hora del lunes después de que el Gobierno arrancase árboles para construir un centro comercial, pero se ha ampliado en una manifestación más grande contra el Partido de la Justicia y el Desarrollo de raíces islámicas del primer ministro Tayyip Erdoğan (AKP).
La violencia de este viernes ha estallado después de una redada de la policía en la madrugada contra los manifestantes que habían acampado durante días en el jardín en forma de protesta contra los planes de construir un centro comercial. Así, una nube de gas lacrimógeno se levantó alrededor de la zona en la plaza Taksim.
Durante la intervención de las fuerzas de seguridad, la calle principal, donde se encuentran todas las tiendas, estaba repleta de vidrios rotos y de piedras. Un grupo de niños de escuela primaria corría llorando por los gases lacrimógenos mientras los turistas, que se encontraron atrapados por sorpresa, se apresuraron a regresar a los hoteles de lujo que bordean la plaza.
Una turista egipcia se encuentra en estado crítico tras haber sido alcanzada por una granada de gas de la policía, según ha informado Hüseyin Demirdüzen, miembro del consejo del Estambul Medial Camera. La mujer, de 34 años de edad, ha sido sometida a una operación tras sufrir una hemorragia cerebral.
"Un diputado pro-kurdo ha sufrido lesiones traumáticas y cientos de personas han tenido problemas respiratorios debido a los efectos del gas lacrimógeno durante los enfrentamientos", ha dicho Demirduzen.
Algunas personas resultaron heridas al derrumbarse un muro, cuando trataban de huir de las nubes de gas lacrimógeno.
"No tenemos un gobierno, tenemos Tayyip Erdoğan... Incluso los partidarios del AK están diciendo que han perdido la cabeza. No nos escuchan", ha indicado Koray Çalışkan, politólogo de la Universidad del Bósforo, que asistió a la protesta. "Éste es el comienzo de un verano de descontento".
Los antidisturbios han arremetido contra decenas de miles de manifestantes desde principios de mes. También ha habido protestas en contra de la postura del gobierno sobre el conflicto de Siria, sobre el endurecimiento reciente de las restricciones a la venta de alcohol y las advertencias contra las demostraciones públicas de afecto.
"Esto no es sólo acerca de los árboles, sino de toda la presión a la que nos somete este gobierno. Estamos hartos, no nos gusta el rumbo que el país está llevando", ha manifestado Mert Burge, un estudiante de 18 años, que fue a apoyar a los manifestantes después de leer en Twitter sobre la utilización de gas lacrimógeno por parte de la policía.
"Nos quedaremos a dormir aquí esta noche en la calle si es necesario", ha asegurado.
Amnistía Internacional ha expresado su preocupación por lo que ha descrito como "el uso excesivo de la fuerza" por la policía contra lo que había comenzado como una protesta pacífica.
Por su parte, el ministro del Interior, Muammer Güler, ha prometido que investigarán los supuestos abusos de poder de las fuerzas de seguridad.

Fuentes: EL MUNDO.es y Reuters.
Foto: AFP.

jueves, 30 de mayo de 2013

Destrozo en el Parque Gezi de la Plaza Taksim en Estambul



No soy ecologista sino escritor. Pero mi amor por Estambul y Turquía en general, me hace alzar la voz hoy de la única manera que sé: escribiendo y dejando aquí un registro del horroroso crimen que se está cometiendo ahora mismo en el Parque Gezi, ubicado en la Plaza de Taksim, donde están cortando los árboles para levantar un centro comercial.
Con todo el amor que les tengo, mis queridos turcos, y habiéndome pasado ya catorce años pendiente de todo cuanto ocurre allá –toda una vida- me creo con el derecho de no permanecer indiferente frente a tal atropello y me gustaría creer que lo hacen por ignorancia, no por mera crueldad empresarial.
Aquí en Santiago de Chile sólo el Parque Forestal es nuestro gran pulmón y vivimos intoxicados por la contaminación inagotable. Cuando visité Estambul en 2011 por voluntad de Allah, pude ver una belleza verde que jamás presenciaré aquí y me parece espantoso que ustedes, tan preocupados de conservar su patrimonio, descuiden parte del tesoro natural que poseen para reemplazarlo por otro frío edificio de tiendas departamentales donde seguramente se venderán a precios exorbitantes los mismos productos que en cualquier otra parte del mundo.
¿Qué podrán encontrar allí tan hermoso y valioso como el brote de un árbol antiquísimo, cuyas ramas llevaban incontables generaciones sosteniendo la historia osmanlí o el breve momento de un individuo sin importancia como yo, que pasó por allí y quedó maravillado? ¿Acaso las tiendas, cines y patios de comida pueden igualar con su arquitectura artificial la hermosura del diseño divino en el grueso tronco de un árbol que sufría mientras le mutilaban sus partes?
No se dejen engañar por el pasajero placer del paseo dominical con los amigos, cargando aquellas frívolas compras que hagan para aliviar sus conciencias tras haber permitido que tantas vidas verdes hayan sido tomadas, tantas historias, tanto legado turco y universal. Cuando menos lo esperen, dejará de importarles lo sucedido como tampoco importará que hayan vendido un pequeño puerto y la estación de trenes Haydarpaşa pretendiendo construir hoteles.
No quiero dar malas ideas y mucho menos contribuir al destrozo cultural que durante milenios les ha costado levantar, pero recuerden lo ocurrido en Hasankeyf. Allí donde posiblemente se irguió alguna vez el propio Jardín del Edén, ahora quieren construir una represa bajo la cual se sepultarán milenios, poblados y quizás, hasta el nacimiento de la Humanidad. ¿Qué seguirá luego? ¿Convertirán el magnífico Palacio de Topkapı en un hotel de siete estrellas?
Soy chileno, pero debo protestar porque en el territorio turco se ha destruido parte del legado universal en pos del malentendido desarrollo y absurdo capitalismo. Les invito a recordar que en su propio himno nacional hay una estrofa que lo dice todo de manera muy simple: «¿Quién no iba a morir por este pedazo de tierra celestial?» y ahora, algunos turcos –no todos- lo han olvidado. Por ello es que desde muy lejos me siento llamado a dar este mensaje de alerta, para que ustedes mismos detengan posibles atropellos venideros.
Turquía fue uno de los más extensos y poderosos imperios que tuvo en sus manos el destino de nuestra civilización muchas veces. Respetados y temidos, los sultanes otomanos decidieron cómo se delineaban las fronteras de nuestro mundo e influenciaron culturalmente más allá de las naciones conquistadas. Sus hazañas militares como la Conquista de Constantinopla en 1453, dirigida por Mehmet II, marcaron época y en ese caso puntual, se considera aquel hecho el fin de la Edad Media.
Tanta relevancia histórica, registrada en los libros, no puede desplazar la importancia de los espacios naturales que alguna vez atestiguaron estos acontecimientos. No cometan el error de subestimar lo ocurrido hoy porque estarían menospreciando parte de la belleza que hace única a Turquía. No atenten contra ustedes mismos ni mutilen parte de su nación como si no tuviese valor alguno.
Aquí les dejo dos fotografías puestas en Facebook por mi amigo Serhan Kocaman. En la primera aprecian las protestas de manifestantes oponiéndose al destrozo en el Parque Gezi y en la segunda, pueden ver la atroz imagen de muerte posterior.
Con todo el amor del mundo a mis hermanos turcos, se despide un doliente esperando llamar su atención para que cuiden más lo suyo, lo mío, lo nuestro…, lo que es de todos.

martes, 28 de mayo de 2013

Mi nueva libreta de notas

Hoy sigue lloviendo en Santiago y como no estamos preparados para estas situaciones, aquí llueve un par de horas y hay que sacar la góndola, porque las calles parecen canales venecianos.
He rescatado paulatinamente los detalles que tenía anotados en la memoria de mi antiguo teléfono móvil. Dudo que alguna vez vuelva a encenderse pero recuerdo pasajes claros como nombres para posibles personajes, lugares, hechos históricos y términos.
Ayer hablé sobre la libreta de notas del escritor y hoy, mientras sigue lloviendo copiosamente, quiero profundizar en el tema. No es lo mismo que mantener un diario íntimo aunque si se prefiere, éste también puede guardar algunos apuntes para potenciales cuentos, novelas o incluso versos, haciendo las veces de poemario. Sin embargo, a fin de llevar un orden, es aconsejable tener un cuaderno aparte.
Aquí además, pueden darse el lujo de no ser exhaustivos en el orden. La escritora Isabel Allende dijo para cierta entrevista televisada tener una pared llena de post its donde apunta todo cuanto pueda servirle para escribir una obra. Pero es siempre aconsejable llevar consigo la libreta, en caso de hallar algo interesante fuera del hogar.
No les vaya a ocurrir lo que a Shakira hace un tiempo, que en un vuelo le robaron el cuaderno donde escribe sus canciones. Por seguridad, aunque yo no lo hago, es aconsejable tener un código propio que sólo el dueño pueda entender. Pero si no quieren complicarse tanto la vida, escriban datos sueltos sin especificar para qué pueden ser útiles.
La libreta también puede incorporar fotografías junto a la descripción de sitios que sirvan como ambientación para el relato y de este modo, el escritor tiene oportunidad de ser más preciso. Entre más detalles se describan del lugar, mejor será la experiencia del lector intentando imaginarse los ambientes, sucesos, aromas, sonidos, vestidos y todo cuanto contribuya a la contemplación. Puede llevarse a quien lee por un camino experiencial donde sea mero espectador o al contrario, incluso participante activo de la acción.
La libreta sirve también para apoyar la memoria del autor, que puede ser muy buena, pero un detalle aparentemente insignificante si es apuntado, puede convertirse en punto neurálgico del relato. Esto es especialmente aconsejable si se escribe una novela de misterio donde hasta un cigarrillo encendido es la pista clave para descubrir al asesino.
Dado que los escritores narramos mayormente ficción, esta libreta también puede contener sueños en los cuales podamos encontrar un complemento a la obra. Por ello, es recomendable dormir con este cuadernillo cerca de nuestra cama, para evitar el olvido de imágenes o sensaciones. Empero, para esto último además se puede utilizar el diario íntimo de siempre si se desea registrarlo con fecha y hora.
Ningún contenido de esta libreta puede considerarse absurdo. Todo puede convertirse en una buena idea sobre la cual escribir.

lunes, 27 de mayo de 2013

Escritura creativa y recreativa

Hoy llueve en Santiago y hace un frío del carajo, pero a pesar de ello todo parece estar bien o al menos, mejor de lo que pensaba y como siempre, pude haber estado ahogándome en un vaso con agua.
Mi pluma vuelve a escribir con entusiasmo, aunque sólo sea en este blog porque mi diario íntimo hace meses que no es actualizado y sigo buscando un tema interesante -según yo- para escribir una nueva novela que me ayude a pasar el tiempo mientras tengo respuesta de la editorial con relación a la más reciente.
Lo que debo hacer primero es definir sobre qué asunto deseo narrar una historia y para ello, no es necesario retirarme a un lugar apartado meditando ni mucho menos, como algunos aseguran. Simplemente se requiere explorar en mis intereses y luego, ver haciadónde podría conducirse el relato.
Además, una vez definido el tema, se requiere elegir al protagonista y darle características tan básicas como el género y origen -que puede ser de raza, nacionalidad o incluso especie-. Ya hecho esto, se le otorga una historia pesonal de la cual puede derivarse el conflicto.
El conflicto de la obra es darle un espacio al protagonista dentro de una trama particular o contexto del relato.
Se puede contextualizar la narración definiendo un lugar, época, hecho histórico como lo más global hasta detallarlo en población socioeconómica o nivel cultural. De esto se desprenden los demás personajes que interactúan con el protagonista y contribuyen incluso con sus propias historias al universo del relato.
Por último, todo ello mezclado en dosis exactas da como resultado una narración que pueda desarrollarse prácticamente sola o de forma bastante fluida.
No hay ninguna ciencia compleja en esto. Es como poner a alguien desnudo en medio de la nada y comenzar a vestirlo, darle un entorno, una razón para moverse en ese espacio, colaboradores que lo guíen, obstáculos para superar... Del mismo modo en que un bebé aprende a caminar y luego marcha por sí mismo.
Quien diga que todo es un proceso de introspección profunda, se está liando más de lo necesario. A veces esto es necesario si se pretende definir como primer elemento el mensaje del relato, pero la mayoría de las oportunidades {este se da espontáneamente y entrega un valor mucho más significativos o permanentes que aquellos mensajes profundos cuya complejidad distrae al lector y no le permite gozar una vista panorámica del camino.
Hace algún tiempo perdí mi teléfono móvil, en cuya memoria guardaba muchos datos interesantes para escribir novelas. Desde hoy no confiaré tanto en la tecnología y comenzaré a utilizar una libreta de apuntes que llevaré a todos lados en mi mochila.
En esta libreta pueden anotarse nombres para personajes, fechas históricas importantes, hechos noticiosos, palabras curiosas. Para especificar más, pueden anotarse también las definiciones de dichos términos, sinónimos y antónimos que sirven para aumentar el vocabulario, evitando en lo posible la redundancia.
Aquella libreta también puede contener cualquier detalle que se aprecie por las calles como direcciones de sitios y descripciones de los mismos que luego, utilizar para darle mayor realismo al relato.
Aunque parezca tonto, no debe olvidarse llevar el lápiz. Siendo escritor, cuando ocupaba las notas del teléfono móvil jamás llevaba conmigo un bolígrafo y muchas veces necesité firmar documentos.
Ahora seguiré buscando la inspiración, que puede hallarse en cualquier sitio.

viernes, 24 de mayo de 2013

Yunus Emre estaba en lo cierto

 «Mi fugaz vida llegó y se fue
viento que sopla y pasa.
Que todo breve ha sido siento
un mero parpadeo
».

Yunus Emre (¿1240–1321?).

Hoy es un día fatal, pero como no tengo completamente actualizado mi diario íntimo, lo registro aquí sin dar mucho detalle, para no olvidarlo cuando pueda escribirlo en las páginas más personales.
Debí suponer que algo así pasaría, porque siempre me ha sucedido y a pesar de que tengo treinta y un años, al parecer esto es algo a lo que las personas debemos acostumbrarnos porque todo es efímero salvo Allah y sólo con Él podemos contar incondicionalmente. Aunque no me guste, deberé desempolvar una vieja frase del Sr. L y reconocer que «Todos estamos de paso por la vida de alguien y luego, cada cual sigue su camino». Él mismo fue pasajero en mi vida y estaba muy conforme con la idea.
Mi angustia no se debe sólo a ver cerrados algunos canales de comunicación sino también a ignorar qué sucede exactamente y odio sentirme impotente cuando son tantas mis ganas de estar con ellos, apoyándolos. Sin embargo, tanto los sentimientos como los deseos no pueden imponerse ni transferirse. Son semillas que sólo dan fruto en terreno fértil.
Pese a todo, me resisto a darle importancia al pensamiento del Sr. L cuando pasamos por la peor crisis y que sin duda, dio origen al posterior quiebre definitivo de nuestra amistad. Más bien prefiero hallarle otro significado: siempre puedo compartir mi felicidad con muchas personas, caminando juntos pero eso no quiere decir que mi dicha sea la suya, dividiéndose así las rutas. No obstante lo anterior, el amor es un lazo indestructible.
Aunque mi corazón se haya quedado allá en Estambul, entre Fatih y Üsküdar, a veces me grita desde lejos reclamándome que regrese a buscarle. Pero no entiende de razones ni acepta que en mis bolsillos hay más deseos e ilusiones que dineros.
La adivina que me leyó el café en ese local de Moda tenía razón al decirme que le temo a la muerte de los amigos, pero no se refería a un fallecimiento literal sino al distanciamiento, al enfriamiento de los afectos... Es tan inevitable y aún así, debo aceptar la voluntad de Allah porque sólo Él sabe qué depara el futuro, tan incierto como inexistente.
No podemos retener a nadie. Es lo único cierto además de la misma muerte, que no resulta inevitable como nacer y fallecer solos, teniendo de única e irreemplazable compañía a Allah desde antes del vientre hasta después de la tumba.
Nunca he aprendido a lidiar con mis apegos emocionales y sin importar qué camino recorra, siempre me tropiezo con la misma piedra, que parece buscar mi huella para interponerse en mis pasos. Es irónico decirlo, considerando que uso silla de ruedas y debería comprarme una todo terreno.
He tenido demasiadas pérdidas en mi vida, como toda la gente, supongo. De manera increíble, el llanto no se agota y vuelvo a comportarme como un perro abandonado en medio de la carretera cuando alguien que estimo se aleja.
¿Y quién me puede culpar? Ahora también tengo afectos turcos que están más allá de los mares, al otro lado de este pequeño mundo que a menudo nos agobia con su inmensidad. Sólo Allah sabe si algún día me permitirá verles nuevamente, pero entre los muchos asuntos que ignoro está mi inseguridad de mantener vivo su cariño como el primer día, sin importar cuánto tiempo transcurra o cuánta distancia nos separe. ¿Y si llego allá y me encuentro con las ruinas de lo que construí antes de vernirme a Chile? ¡Ay, mis amigos, mis hermanos!
Debo llevar a la práctica aquello que dije aquí alguna vez sobre no pensar tanto en mí y pensar más en el otro. No soy nadie para cuestionar nada y sólo me queda aceptar de buena gana lo que venga, no resignarme como si fuese una condena. Toca confiar en que Allah me enseñará el camino.

domingo, 19 de mayo de 2013

Buscando una nueva aventura literaria. Tercera parte

Por eso, ya en mi tercera novela cuyo manuscrito se titula Síndrome de Estambul: El diario de Sofía Mustakis, me doy permiso de ser totalmente egocéntrico desde un punto de vista literario para dar rienda suelta a lo que más me apasiona en el aspecto terrenal: Turquía. Allah me bendijo con un viaje soñado en 2011, tras doce años deseando conocer aquellas tierras tan distantes e igualmente maravillosas, donde se funden en una perfecta comunión Oriente y Occidente.
Allá sufrí una profunda metamorfosis que posiblemente pocos ojos entrenados noten a simple vista. Pero además, comprobé que la felicidad es posible cuando se cumple un sueño y conoces gente tan magnífica como a quienes yo encontré.
Y lo más espectacular de todo fue que ni en mis más ideales fantasías durante esos años soñando, podría haber imaginado una aventura tan perfecta, planificada por Allah. Si hasta tuve la ocasión de asistir a un recital del cantante turco cuya música suele acompañarme mientras escribo y me entrevisté con él. ¿Y todo eso no lo iba a compartir en una novela? Por favor.
Ahora sólo queda tener fe y esperar hasta julio próximo para recibir noticias. Mientras tanto, intentaré mantener vivos los sueños de otros universos literarios, donde se mezclen realidad y ficción como si de una receta gourmet se tratase.

Nota: Originalmente este artículo sería publicado en una única entrega, pero la página de Blogger no me permitió guardar ni postear un escrito superior a los doscientos caracteres. Por ello, preferí dividirlo en tres partes.

Buscando una nueva aventura literaria. Segunda parte.

Y sobre escribir una novela gay, ya lo hice en ¿Con cuántos hombres has amanecido?, sin publicarse. Terminada en 2011, aún no encuentro una editorial capaz de aventurarse con una obra atrevida, pero constructiva. En su momento, Pablo Simonetti me recomendó editoriales y hasta fue amable dándome consejos sobre cómo abordar temas que tratados superficialmente, no podrían aportar más allá del morbo.
Debo reconocer que pese a haber tenido mi segunda novela ya terminada e inscrita, los consejos de Simonetti fueron un gran aporte a mi desarrrollo como escritor. Aprendí que no debía narrar vulgaridades para ganar dinero. Además, cuando un narrador se limita sólo a un público objetivo, como lo fue el caso de mi segunda obra, su carrera se acorta aún más porque el tema se satura pronto.
Lo mejor es escribir sobre varios temas e intentar en la medida de lo posible, llegar a distintos publicos. Si se logra este objetivo, puedes reinventarte y narrar desde diversas perspectivas para no ser encasillado como escritor de misterio o algo parecido.
Frente a las escasas oportunidades de publicación para esta obra, al menos por el momento, decidí no aventurarme nuevamente en este aspecto de la narrativa, reconociendo que fue osado redactar el manuscrito como un diario íntimo claramente ficticio... Tal vez más adelante y para evitar los desagradables juicios valóricos pre publicación, pueda animarme a escribir otra obra polémica, pero en tercera persona.
Está claro que la mezcla de homoerotismo, drogadicción y núcleos familiares rotos es una receta para el desastre que sólo editoriales muy progresistas se atreverían a publicar, porque leerían un espejo de nuestra sociedad en el cual a muy pocos les gusta mirarse. Es increíble que en pleno siglo XXI, nos parezca demasiado fuerte leer lo que somos como sociedad y sin embargo, tengamos una conducta tasn indiferente al ver los noticiarios todos los días.
No fue mi intención aumentar el libertinaje ni convertirme en un moderno Marqués de Sade, pero si hay quienes exigen el derecho a matrimonio igualitario, creí que también estaríamos preparados para leer aquello de lo que nos gusta hablar muy poco o nada. Claramente me equivoqué.
Les aseguro que me aún me sorprende ver de cuánta hipocresía es capaz nuestra sociedad, que se espanta por leer sobre la vida misma con alguna licencia poética pero al mismo tiempo, se deleita viendo en televisión sobre los bochornosos escándalos de celebridades en programas faranduleros, como si de un circo romano se tratase.
¿Acaso es mentira que en nuestra sociedad existe el adulterio o el divorcio? ¿No podemos mirar más allá de nuestro ombligo y respetuosamente, ver que hay diversas formas de vivir en este mundo? Pero sí nos damos permiso para mirar en la televisión programas sobre crudas realidades, como si no fuese la nuestra.

Buscando una nueva aventura literaria. Primera parte

Aquí estoy, nuevamente intentando hallar la inspiración que a veces anda prófuga y me deja encadenado al peso de una página en blanco, donde podría narrar muchas historias aunque ninguna encuentre el camino en ese laberinto desde mi cabeza hasta el monitor.
Llevo tres novelas escritas y busco la cuarta, pero no sé qué tema abordar. Hace un tiempo quise escribir sobre vampiros y hombres lobo, dándome cuenta después de que es algo tan trillado como comercial, haciendo hasta odioso leer algo más al respecto.
¿Qué novedad podría incluír? Nada. Al final, con más o menos ingredientes la receta acaba teniendo el mismo sabor primordial y ya es un tema que no asusta a nadie como ocurría por ejemplo, en el siglo XVII. Si bien podría aceptar el desafío de escribir una historia terrorífica que quitara el sueño a mis lectores, ciertamente la mayoría de ellos -especialmente mujeres- buscarían entre las páginas a personajes seductores y bellos, decepcionándose con mi idea de retomar el antiguo mito europeo donde estos seres sobrenaturales son muertos bebedores de sangre.
¿Y qué tal los cazadores? Después de Buffy, cualquier personaje que usara estacas sería odiosamente comparado y resultaría inevitable incluír alguna lucha entre ambos bandos. No quiero eso; me parece demasiado simplista.
De una u otra forma terminaría escribiendo algo muy parecido a mi primera novela, Alma Negra, de corte épico y fantástico. Aunque alguna vez me aconsejaron narrar una segunda parte o incluso convertirla en saga porque tenía muchos detalles que lo permitirían, creo que una historia debe saber cuándo acabar y si el escritor no se siente ilusionado con la idea de seguir, tampoco será bueno lo entregado. Eso se nota.
No me considero un escritor comercial, de aquellos que escriben sobre lo que está de moda aunque estén imitando un patrón, para hacerse famosos y millonarios rápidamente. Escribo sobre lo que me gusta aunque a nadie más le apasione. Posiblemente jamás una novela mía sea llevada al cine ni mis lectores se disfracen como los personajes, pero pueden estar seguros, cuando sólo tengo una novela publicada de las tres, que escribo para entretener y enseñar sin ánimo petulante del intelectual superior al resto.
Tal vez retome algunas ideas esencialesopara construír mundos imaginarios donde pueda pasar de todo, pero no crearé encarnaciones de dioses paganos como en mi primera obra, pues sólo Allah debe ser adorado y aunque estemos hablando de ficción, no debemos olvidar lo más importante.
Escribo para sentir que puedo vivir más allá de mis propias limitaciones físicas y emocionales, no para tener una abultada cuenta bancaria, aunque sí reconozco que es un trabajo como cualquier otro y uno espera ganar dinero. No seré tsn cínico como aquellos que aseguran escribir por amor al arte. Sí. Quienes trabajamos en esto porque nos gusta, sentimos con el tiempo esa necesidad vital de escribir; pero también necesitamos comer o pagar las cuentas.
No soy un escritor que hace esto por tener un pasatiempo o porque no tiene nada mejor qué hacer. Soy uno de aquellos que aún sabiendo cuánto cuesta recorrer este camino, quiere llegar a la última estación y para eso, se requiere dedicación. Lo más fácil sería enviar a las editoriales muchos manuscritos de basura literaria que sólo entretuviera por un rato, pero esa fama es más efímera que la buscada por quienes realmente deseamos entregar algo a nuestros lectores y después, ellos juzgarán su valor.

martes, 14 de mayo de 2013

Un pensamiento inspirado

Esta tarde no quiero escribir setenta párrafos de algo que mis lectores ya saben sobradamente. Prefiero ser breve y dejarles una cita simple.
Que Allah lo facilite. (Amín).

lunes, 13 de mayo de 2013

Un ejemplar firmado

Aquí les dejo una foto ya antigua: un ejemplar de mi novela, Alma Negra, firmado para una ex compañera de liceo en su cumpleaños.
Desde entonces no he vuelto a verla, pues su vida de madre y el trabajo obviamente le ocupa más tiempo. Es increíble cómo pasa el tiempo y hace catorce años escribía en una agenda Pascualina, usaba camisetas cortas mostrando el ombligo y rompía la ventana de nuestra sala con su anillo, dándole un puñetazo.
Y pensar que yo también he cambiado.

sábado, 4 de mayo de 2013

Accidente en la ducha

Bueno, no fue precisamente en la ducha sino entrando al baño privado de mi habitación esta mañana, para hacerme la ablución de wudu antes de realizar el salat de Faÿr. Fue entonces cuando estornudé tan fuerte, que salí disparado de la silla hacia mi ducha, estrellándome con el lado izquierdo del cuerpo.
Quedé tirado ahí por breves segundos, pensando que pude haberme golpeado la cabeza contra la pared y romperme el cuello. Mis padres que aún dormían a las 5 a. m., me habrían hallado muerto dos horas más tarde, al darme el desayuno.
No me quedó otro remedio más que reincorporarme como pude, lavar con agua fría la herida que tenía en el brazo para evitar cualquier infección y hacerme la ablución de wudu. Seguí mi vida como si nada hubiese acontecido, pero les dije a mis padres para evitarles las preocupaciones o dudas al notarme la cicatriz. De todos modos, ya pasará porque es apenas superficial.
Sin embargo, memorable será el momento en que iba camino al piso, como digno protagonista de la saga Duro de matar. Ni siquiera tuve tiempo para fijarme si toda mi vida pasaba frente a mis ojos, pero no habría podido prestarle atención a esa película, porque haciéndolo, habría perdido todos los dientes. Lo que sí resulta cierto es eso de ver estrellas, pues aunque no me aturdí, seguramente mi cerebro se preparó para un probable coma..., pero yo no despertaría como Beatrix Kiddo, eso está claro.
Elhamdulillah, estoy aquí, escribiendo ahora y listo para seguir adelante hasta y como Allah lo determine.


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Yahya. Carlos Flores A.
Escritor chileno.