En Chile desde esta mañana los medios daban una exhaustiva aunque prudente cobertura, ante la noticia de que Su Majestad se encontraba en un delicado estado de salud y sin informar más detalles, salvo que los miembros de la Familia Real habían sido convocados con suma urgencia a la residencia de verano en Aberdeenshire.
Durante el transcurso de la mañana sin embargo, se informaría que los presentadores de la cadena BBC debían vestir de negro y se solicitó a los súbditos orar por su monarca. Éstas eran sin duda alguna, discretas señales. Mientras tanto, la llegada de sus parientes cercanos no se hizo esperar, viéndose a los príncipes Eduardo, Andrés y Guillermo en un coche conducido por este último, lo cual acusaba una falta de tiempo para formalidades.
Aproximadamente a las dos de esta tarde, hora chilena, los extendidos noticiarios comunicaban oficialmente el sensible fallecimiento de Isabel II y al mismo tiempo, el Palacio de Buckingham informaba que el ahora rey Carlos III y su esposa, la reina consorte Camila, permanecerían en Balmoral hasta mañana, cuando deban desplazarse hasta Londres, donde se realizará un Consejo de Sucesión para dar inicio a la Operación Puente de Londres, cuyo estricto protocolo finalizaría con los Funerales de Estado en diez días.
Las condolencias internacionales, especialmente considerando los países miembros de la Mancomunidad de Naciones, llegaron una tras otra para manifestar respeto y lamento. En Chile la Embajada Británica anunció que habilitará un Libro de Condolencias en línea para quien quiera sumarse a este gesto, tomando en cuenta la crisis sanitaria producida por el COVID-19.
A las afueras de Buckingham y ya llegada la noche londinense, una multitud de dolientes entre los cuales no sólo había ingleses y ciudadanos del Reino Unido sino también numerosos turistas, se agolpaba para entonar el himno Dios salve a la reina y llevar flores. Las nuevas generaciones, aparentemente no muy próximas a la Monarquía como institución, manifestaban en breves cuñas su pesar por reconocer el fin de la Era Isabelina.
Muchos vivimos en países donde no existe una tradición y cultura monárquica, pero hemos tenido una aproximación gracias a la influencia de Isabel II como figura popular. Sin embargo, el inevitable peso político, pese a su neutralidad, y la representatividad como ícono de identidad nacional la convierten en un referente que no sólo atestiguó la historia sino además, en muchos casos la protagonizó.
A lo largo de su reinado tuvo muchos aciertos, que injustamente a veces son eclipsados por episodios desafortunados en los cuales se vieron involucrados miembros de la Familia Real. Empero, al convertirse en reina se comprometió a dedicar su vida entera, fuera larga o corta, al servicio de su nación, cumpliéndolo a cabalidad.
Tal vez ésta sea una de las más importantes razones para que sus súbditos en general, salvo algunas lógicas excepciones, le vean como figura materna. De hecho, al menos dos generaciones nacieron bajo su reinado y mañana despertarán en un nuevo Reino Unido, donde Carlos III tendrá muchos desafíos e inevitablemente los ojos del mundo estarán puestos sobre él.
Desde este humilde blog, quiero dar mis más sinceras y respetuosas condolencias a la Mancomunidad de Naciones y la Familia Real británica.