Según estadísticas, la mayoría de los accidentes ocurren en casa... Pues bien, a nada de que mamá fuera diagnosticada con una tendinitis aguda, anoche estaba cociendo con su máquina en la sala y de pronto, papá y yo en nuestras respectivas habitaciones, escuchamos un corto pero alarmante grito.
Era mamá, que al ver su máquina resbalar en dirección al piso, la afirmó de donde primero pudo y accidentalmente, se enterró la aguja en un dedo, atravesándoselo.
Papá y yo la llevamos inmediatamente a la Mutual de Seguridad, donde un doctor le tomó radiografías del dedo para asegurarse de que el hueso estuviera sano y luego, obviamente la vacunó contra el tétanos, cuestión que debe repetir en marzo y julio próximo.
Además, tiene control médico esta semana y le prescribieron antibiótico. Con la depresión, psoriasis nerviosa, tendinitis y este accidente, mamá deberá hacerse un horario porque debe tomar siete medicamentos.
Bien dicen los ancianos, que las desgracias vienen de tres en tres.
Era mamá, que al ver su máquina resbalar en dirección al piso, la afirmó de donde primero pudo y accidentalmente, se enterró la aguja en un dedo, atravesándoselo.
Papá y yo la llevamos inmediatamente a la Mutual de Seguridad, donde un doctor le tomó radiografías del dedo para asegurarse de que el hueso estuviera sano y luego, obviamente la vacunó contra el tétanos, cuestión que debe repetir en marzo y julio próximo.
Además, tiene control médico esta semana y le prescribieron antibiótico. Con la depresión, psoriasis nerviosa, tendinitis y este accidente, mamá deberá hacerse un horario porque debe tomar siete medicamentos.
Bien dicen los ancianos, que las desgracias vienen de tres en tres.
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