Es verdad que estoy angustiado, triste y durante el último tiempo este blog me ha servido para expresar ese dolor e impotencia de manera descarnada o incluso, descuidada. Sin embargo, analicé mis rollos y tal como supuse, pude tomar decisiones:
- Puse en una balanza mi más que justificada molestia por su indiferencia, el dolor de estos días y el cariño que siento hacia un hombre esencialmente bueno. Descubrí que los errores pasan y la estima permanece.
- Una vez le dije "Te quiero y estaré contigo siempre, pase lo que pase". No puse fecha de vencimiento a esa promesa... Por lo tanto, tampoco importa si debo cumplirla hoy o dentro de cuarenta años. Lo importante es cumplirla.
- Un buen amigo no debe llenar mis expectativas, más bien ser él mismo. Si quiero a alguien, no es para hacer una buena inversión, sino sólo porque me despierta cariño, aunque al menos espero ser correspondido.
- El cariño que siento por una persona distante es intransferible, pues sólo esa persona me dio razones para tener aquel aprecio. Nadie para mí es reemplazable y hay un espacio que sólo ese individuo puede ocupar.
- Si no lo juzgué antes por todo lo que me confió, tampoco será ahora cuando lo señale. Es un simple mortal, expuesto a cometer errores y no es culpable de mi idealismo.
- No puedo acusar tan ligeramente, pues meterme en la cabeza de alguien para saber qué está pensando o sintiendo con respecto a determinada situación, es imposible.
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