Durante estos días he llorado bastante. Tanto como cuando falleció mi abuelita Ester hace cinco años, aunque no por el mismo motivo. Siento como si hubiese perdido algo y tengo ganas de llorar a gritos, hasta quedar mudo para no decir lo que siento. Pero debo callarme, porque no vivo solo.
No tengo depresión. Es sólo que ahora siento tristeza. En ocasiones es bueno llorar calmadamente muchas veces, dicen, para no estallar cuando algo realmente trágico sucede. Así tal vez podemos afrontar de pie las calamidades.
Desde que escuché por vez primera el tema "Moon River" interpretado por Andy Williams en un capítulo de "Sex and the City", no puedo evitar conmoverme. Esta tarde veía por You Tube la escena del film "Breakfast at Tiffany's" donde Audrey Hepburn lo canta asomada a la ventana y simplemente me eché a llorar como niño maltratado.
Aunque nunca he leído el clásico de Truman Capote ni tenido oportunidad de ver la película, sentí como si las últimas semanas de pena se acentuaran con esa canción.
De pronto, mamá me preguntó por qué lloraba; aunque por un segundo quise decírselo, no lo hice. ¿Cómo le explico algo tan íntimo? Hasta ahora nadie ha podido comprenderme, contenerme y mucho menos consolarme. ¿Quién podría?
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