La última de Bolocco

¿Quién en los últimos cinco días no ha oído hablar sobre el último escándalo farandulero protagonizado por Cecilia Bolocco? Luego de la amplia cobertura mundial dada, habría que estar demasiado aislado para no enterarse de que nuestra “diva” casada con el ex presidente trasandino Carlos Menem ahora tiene un “amigo” empresario italiano con el cual repentinamente establece una “amistad” tan cercana como para tomar sol en Miami mostrando los pechos.
Cabe mencionar que todas las palabras encerradas entre comillas en este artículo lo están porque ya antes han sido públicamente puestas en duda. Y es que no hace falta tener dos dedos de frente para saber que el matrimonio Menem-Bolocco es una farsa desde el principio establecida para conveniencia de ambos cónyuges... Que ahora Carlitos declare mediáticamente estar separado de Cecilia porque la convivencia era casi imposible es sólo una salida rápida de un hombre al cual supuestamente, ninguna otra mujer le había hecho esto, según la autora de su biografía no autorizada.
Definitivamente, tanto el paparazzi como la revista “S.Q.P.” tuvieron un gran acierto periodístico y económico además del reconocimiento. Sin embargo, hay mucho que discutir en el tema... En primer lugar, el enorme cinismo de las hermanas Bolocco al plantearse frente a las cámaras en actitud ofendida, casi exigiendo un desagravio por parte de los periodistas.
Aquella actitud es popularmente conocida como “la puta arrepentida”, digna de una mujer que folla seis días a la semana cual Mesalina y el domingo a primera hora va a la iglesia más cercana para confesarse, pedir perdón y seguir pecando al día siguiente... ¿Se entiende? Cuando Cecilia manifiesta su enojo por haber sido fotografiada en su casa de Miami junto al supuesto amigo italiano con quien afirma no tener ningún romance, no hace más que confirmar cualquier sospecha, desde la más inocente hasta la más maldita. Quien nada hace, nada teme, decía mi muy sabia abuelita que este en la gloria de Dios.
Hoy en el “S.Q.P.” Felipe Avello hizo una encuesta callejera preguntando a la gente qué opinión les merecía la noticia y si acaso apoyaban a Bolocco, muy decidora por lo demás. Muchas mujeres dijeron que si los hombres son infieles, ellas también tienen derecho a serlo y esto, desató las cuerdas feministas de Alejandra Valle en el panel. Sin embargo, esto no pasa por un asunto de feminismo o machismo, pues según lo veo..., la infidelidad en una pareja de novios o esposos no debería justificarse ni tranzarse bajo ningún punto de vista.
El argumento dado por las mujeres, me parece absolutamente impensado y frívolo. Sin ánimo de parecer puritano ni mucho menos, parto de la base que estar con una persona determinada, sin importar si existe un documento mediante, es porque quieres a dicho individuo, lo amas y lo respetas... En consecuencia, cualquier infidelidad no hace sino demostrar que tu relación es insostenible o bien, que se ha construido sobre una mentira como en este caso.
Por otro lado, creo que en Chile la institución del matrimonio está demasiado subvalorada por relacionarse excesivamente a alguna religión y por ende, el molesto carácter conservador y hasta cierto punto cínicamente tradicionalista que pese a la oposición del adulto mayor, la sociedad terminará desechando definitiva e irreversiblemente en pos de los nuevos valores éticos y morales de la sociedad del siglo XXI. Nada me gustaría más que ver instituido el matrimonio para heterosexuales y homosexuales por igual, de modo que el público general no se sintiera casi presionado a buscar una pareja estable y engañarla cuando llega el aburrimiento. Me refiero a que si la sociedad no nos obligara a casarnos para considerarnos personas realizadas, tampoco veríamos tanto matrimonio disuelto.
Pero no quiero desviarme tanto del tema. El punto es que cuando llegas a casarte por presión social y luego engañas a tu cónyuge es dentro de lo repudiable, el menor de los males; pero cuando te casas por los beneficios públicos o económicos que puede reportarte esta relación, pierdes todo derecho a réplica si un fotógrafo te sorprende en actitudes impropias. Recordemos que aún existen quince imágenes no publicadas debido a su contenido comprometedor, lo cual han reconocido Alejandra Valle y el mismísimo Carlos Menem.
Resulta cierto que es muy fácil juzgar a Cecilia Bolocco por no estar directamente implicado en el caso; pero por otra parte, es inevitable que me juzguen por asesinato si luego de haber matado, me paseo libremente por las calles con el arma homicida en la mano. Además, no es primera vez que Cecilia es sorprendida cometiendo adulterio contra Menem, pues hace algún tiempo el mal afamado periodista Víctor Gutiérrez reveló el romance de esta famosa con el escritor Pablo Cohelo, basándose en las anotaciones de su diario y unas cartas íntimas entre ambos... Es como si yo mismo proveyera las pruebas de un juicio levantado en mi contra.
No puedo evitar mencionar a Diana Bolocco, quien pese a tener el nombre de la diosa romana de la caza, últimamente ha sido presa de periodistas faranduleros que en un ímpetu profesional, acosan a la conductora del programa “Alfombra roja” buscando una cuña.
Cuando todo esto empezó hace cinco días, la expectativa de los panelistas de “S.Q.P.” por saber qué diría esa tarde Diana Bolocco en su programa, también de farándula, era enorme. Sin embargo, creo que se decepcionaron tanto como yo al oírla eximirse de hacer todo comentario relativo a la polémica.
Mamá, que es tal vez mucho más empática con las celebridades, en una conversación familiar la excusó diciendo que es hermana de Cecilia. Yo por mi parte, creo totalmente injusto que tratándose de cualquier otro personaje, puedan comérselo vivo pero si es pariente de la animadora, se le permita no opinar en una clara demostración de solidario apoyo ante la reprochable conducta.
No paso por alto que ambas hermanas son rostro de un canal católico cuya línea editorial reprueba abiertamente el adulterio, la homosexualidad, la maternidad y relaciones sexuales extraconyugales, la separación o divorcio, la drogadicción, el aborto y todo fenómeno social que se contrapone a la doctrina religiosa. Ahora bien, cuando una de ellas es fotografiada en actitudes impropias, el canal lo pasa por alto olímpicamente.
No es menos grave que las mujeres justifiquen a Bolocco argumentando que los hombres son infieles. Cecilia es una imagen pública y de algún modo su proceder se transforma en patrones conductuales ejemplares para la población femenina, mal disfrazados de feminismo barato. En otras palabras, si la adúltera fuese cualquier mujer desconocida, sus congéneres la tildarían de “puta” sin asco, pero como se trata de Cecilia Bolocco, está bien lo que hizo porque los hombres también lo hacen.
Ignacio Gutiérrez, otro panelista de “S.Q.P.” postuló que la población perdona a Cecilia por ser una diva, casi como nuestra Maradona en versión femenina. Sin embargo, me parece que ya no se la debe considerar intocable, diva ni ningún otro calificativo que la ponga en altas esferas de perdón público.
Jordi Castell, panelista de “Primer plano” dijo admirar a Bolocco por ser una mujer que ya en su carta década de vida aún puede desnudar sus pechos... ¿Dignamente? Nada más alejado de la verdad. Francamente, ignoro en qué universo paralelo se encontraba Jordi entonces, pues frivolizó el tema espantosamente y en lo personal, detesto cuando se resta importancia a las faltas de alguien con ánimo de quedar bien siempre.