Durante el fin de semana llegó a casa un pequeño felino que al transcurrir los días, nos ha mostrado cuán mimado es, pues al parecer tenía dueños anteriores y entró aquí escapando de los perros callejeros que lo perseguían.
Debo confesar que hasta hace tres años no soportaba a los gatos por su carácter arisco, pero éste que aún no sabemos si es macho o hembra, resulta bastante amable y si sigue aquí, muy probablemente papá nos permita adoptarlo.
Si es así, permanecerá al lado opuesto del patio de donde se encuentran Sorbete y Yaman, los perros. Sin embargo, estos últimos no se han escandalizado pese a escuchar los maullidos.
Yo deseaba tener un gato negro para bautizarlo Mefistófeles, pero en vista de que el felino llegado no tiene tal característica, si es macho lo bautizaré Yumuşak que significa “Tierno” en turco y si es hembra, Peri que se traduce como “Hada” y “Ninfa” o Sevgili que es “Amada”. Sin embargo y en honor al carácter sagrado que este animal tenía para los antiguos egipcios, también había pensado bautizarla como Bastet, que era la diosa gato o Nefer, que se traduce del egipcio antiguo a “Belleza”.
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