«Quien no conoce Estambul, no conoce el amor».

Yahya Kemal Beyatlı.

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Carlos Flores Arias – Yahya.

Escritor chileno.

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martes, 17 de julio de 2007

Mensaje a Villouta

Villouta:
Lo pensé mucho antes de enviarte el presente correo, pues con él tal vez esté renunciando al último vestigio de dignidad que gozaba contigo, pero valdrá la pena si con ello, logro que nadie más participe en tus concursos.
Como recordarás, soy el desafortunado ganador del concurso que instauraste en marzo pasado, cuyo premio era una cita de carrete contigo para quien escribiera el mejor ensayo defendiendo tu postura de ser extremadamente gay.
Pues bien, luego de cuatro meses, al fin hace tres semanas y después de mucho postergarlo por diversas razones que detallaré a continuación, me escribiste proponiéndome asistir a la tocata de Circus Rock, donde harías tu rutina de Stand-Up Comedy el viernes 13 de julio y hasta me diste tu número telefónico. Sin embargo, cada vez que te llamaba estabas saliendo de la tina, me llamarías dentro de diez minutos, trabajabas, habías olvidado telefonearme, no contestabas o estabas durmiendo y ante esto, debo agradecer a Dios el no ser tan inoportuno como para llamarte cuando estuvieras teniendo relaciones sexuales, pues entonces sí me habrías cortado. Cabe mencionar que si te resulta tan difícil e incómodo atender un llamado mío, no debiste darme tu número, a menos que tu intención fuera ver hasta dónde llegaba mi paciencia insistiéndote.
Tal vez no recuerdes que al final de nuestra última charla prometiste llamarme o escribirme un correo electrónico para confirmar la cita y darme detalles de hora, sitio, costo de entradas y demás. Hoy es el día cuando aún espero una manifestación tuya para decirme por qué me dejaste esperando. De no ser porque aquel viernes a las diez y media de la noche visité tu blog para escuchar tu discurso sobre Pamela Jiles, seguiría sin saber que el día anterior habías posteado el afiche del evento, lo cual significaba obviamente la confirmación del mismo. ¿Acaso pretendías que visitara constantemente tu blog en lugar de llamarme?
Ello sería comprensible si hubieses perdido mi número de móvil, el cual desde marzo a la fecha te di cuatro veces. Mas descarto esa posibilidad, pues además tenías mi número telefónico particular, dirección de correo electrónico y blog, el cual dudo que alguna vez leyeras pese a que mi ensayo te pareció sorprendente.
Al margen, no puedo dejar de mencionarte que no debes llamar narcisista a Jiles sin importar si estás o no en lo correcto. Después de todo, nada es más narcisista que hacer un concurso cuyo premio es una cita contigo y encima de todo, incumplirla.
Comprenderás que aquel día descartara toda probabilidad de seguir alargando el cuento. Sólo para refrescar la memoria y consciente de que en tu blog hay pruebas de mis afirmaciones, me permito recordarte que en principio el resultado del concurso sería entregado el 6 de abril, cuestión que se postergó hasta la última semana de mayo por tu retraso al leer los ensayos.
Como si eso no fuese suficiente, junio fue un mes muerto porque anulaste la alternativa de sauna en el hotel Sheraton argumentando ya no ser socio de su gimnasio. Esto tuvo como consecuencia que intentaras planear una cita de último momento… Me propusiste ir al Stand-Up sin tener fecha y luego, me preguntaste si sabía inglés para entenderlo; ante mi negativa, diste la alternativa de una tarde sabatina en el cine, que rechacé por la incomodidad de estar en un pasillo usando silla de ruedas y a oscuras en caso de un incendio o simple temblor, pues todo el mundo habría pasado por encima mío para salvarse, sin tomar en cuenta cuán despreocupada es la gente al tener un minusválido en su camino, existiendo o no emergencia.
Además, pensándolo mejor, una cita en el cine es algo que propones a una persona cuando no te interesa saber nada de ella ni mirarla a la cara, pues ves la película o bien, a alguien que ya conoces bastante. En ambos casos, te recuerdo que el objetivo final del dichoso concurso era conocer, hablar y hacerte amigo del ensayista a quien definiste como “cabeza pensante, capaz de escribir un ensayo” cuando me anunciaste.
Hasta debí darte cuatro alternativas de cita y ocuparme personalmente de ayudarte en ese aspecto, ante tu demora y notorio desinterés. Considera que tanto la revista TV Grama como TV y Novelas y Miss 17 hacen concursos similares, donde el premio es una once con tu artista favorito, pero en este caso, el ganador asiste sin preocuparse de nada, pues es el equipo de la publicación quien se encarga de organizarlo todo y dentro de un plazo razonable. Con esto me refiero a que no debiste iniciar dicha empresa si eres incapaz de producir algo tan sencillo, adquiriendo un compromiso y acabas queriéndome llevar a cualquier parte, como un salvavidas para desembarazarte.
No debo descartar que parte de los aplazamientos se debiera también, a que ambos estuvimos enfermos o muy ocupados en algunas ocasiones. Ello ciertamente no justifica tu demora, ni mi indignación hasta claudicar como lo estoy haciendo.
Me resulta inevitable preguntarme cuánta gente participó. Según lo veo ahora con mayor frialdad y algo molesto, quizá tu propósito original de hacer amistad con el ganador era cierto, sólo si resultaba ser un doctor judío, soltero y gay como proclamas en el blog… Caso contrario, tal vez tu objetivo se pervirtió de marzo a mayo y sólo quisiste comprobar cuántos de tus seguidores estaban tan desesperadamente ansiosos por salir contigo, como para participar en un concurso cuyo premio definitivamente ya no entregaste. Sin duda esto te serviría para ensalzar tu ego.
Digo esto porque cuando finalmente me anunciaste como ganador, te comprometiste a transcribir mi ensayo en tu blog para la lectura de todos los concursantes. Otra promesa rota, pues aún no hay ni una sola palabra de dicho trabajo en la página. Ello me hace pensar que lo perdiste irremediablemente y peor aún, que te importa tan poco como cumplir la cita de carrete.
Creo innecesario decirte cuán decepcionado estoy y en esto, debes concordar. Mientras ignorabas que soy minusválido, te resultó interesante salir conmigo; empero, cuando te percataste de lo difícil que parecía planear una cita de carrete con un discapacitado, todo se te hizo negro. Para alguien que habla tanto contra la discriminación, me parece inconsecuente y si bien puedo estar equivocado, no deja de ser reprochable que juegues con el interés y tiempo de una persona, minusválida o aparentemente sana, sólo para ver hasta cuándo te espera.
Debí haberte provocado muchos días y noches de risa pensando en lo ridículo y patético que fui al insistir y esperar tanto, pues cualquier otra persona habría reclamado en la mitad de tiempo. Demás está decirte que considero incluso humillante tener que escribirte para reclamarte tanto retraso e incumplimiento de compromisos. Debiste ser tú quien me buscara para explicarme por qué no llamaste o al menos, saber si seguía vivo y la razón de mi ausencia el pasado viernes en el último panorama propuesto. Con esto acabaste de demostrarme que jamás te interesó realmente concretar la premiación.
No puedo dejar de mencionarte lo molesto que me resultaba el que constantemente aclararas que la cita consistía en un carrete y no en sexo, condición que daba por hecho. Nadie aclara tantas veces algo si no pretende lo contrario… Dicho de otro modo, el inocente declara serlo sólo una vez, en tanto que el culpable insiste en su inocencia hasta el hartazgo.
Jamás pretendí salir contigo para terminar en tu cama. Si mi intención no hubiese sido siempre sólo conocerte y tal vez, ser tu amigo si te agradaba, sino al contrario, acostarme contigo como parecieras haber creído por lo reiterativo de tus aclaraciones, no habría participado. Si la convocatoria incluía a participantes de todas las edades adultas y ambos sexos, tampoco debiste creer como jactancioso, que sólo participarían quienes quisieran tener contigo algo más que sólo un carrete.
Cuando se te ocurrió hacer este concurso, debiste asegurarte de poder cumplir todas las condiciones de tiempo, planeamiento y panoramas que tu mismo propusiste sin que nadie te obligara, pero cambiaste las reglas del juego cuantas veces se te antojó, jugaste con todos y perdiste credibilidad. Puedes excusarte diciendo tener mucho trabajo o problemas personales, lo cual sinceramente habría comprendido dentro del plazo que estableciste al principio, hasta el punto de querer apoyarte como amigo potencial. Pero después de todo este tiempo y tu renuencia, ello ya no te sirve como excusa… Como participante, nada me debería importar, excepto que cumplieras tu compromiso: el premio del carrete, sin esperar nada luego.
Sin embargo, a estas alturas del partido, no sólo tú has perdido todo interés en el concurso, sino también yo; todo tiene fecha de vencimiento…, mi interés y paciencia no son la excepción. No quiero parecer la novia despechada en el altar, tampoco el pobre niñito inválido mendigando tu atención. Detestaría que salieras conmigo sólo por cumplir y no quedar mal o porque te da pena fallarle a alguien como yo.
Es porque sé cuánto valor tengo como persona y amigo, que rechazo categóricamente todo panorama de carrete que apunte a sacarte la espina para quedar bien ante quienes supieron de tu desafortunado concurso y participaron en él. No pretendo sacrificar mi dignidad yendo contigo al cine, donde no me hablarías, o al Stand-Up, donde pasarías toda la noche sobre el escenario. Una cita como la que propusiste, para conocernos y hacer amistad, contempla un espacio y tiempo que ambos pudiéramos dedicarle al otro y no un encuentro en el cual me tuvieras abandonado en un rincón húmedo, oscuro y hediondo mientras haces otra cosa para luego, mentir diciendo que salí contigo y fue genial.
No te esperaré veinte años como Penélope a Ulises. El carrete ya no fue, pues estiraste tanto la fecha de concreción y cambiaste las condiciones hasta restarle total valor al hecho de “salir con José Miguel Villouta”, como si fuese un acontecimiento que cambiara mi vida por completo y la separara en antes y después de Villouta.
Después de que no me llamaste el viernes para confirmar nuestra cita, dejándome esperar hasta Dios sabe cuándo y habiéndome desahogado, no te imagino felicitándome el próximo jueves por mi vigésimo sexto cumpleaños. Sin embargo, si mi ensayo te gustó tanto, supongo que esto te parecerá una obra magistral.
Enviado por correo electrónico a José Miguel Villouta y a la producción de “S.Q.P.” en Chilevisión anoche.
Como aclaración, sólo diré que Villouta no anunció al ganador de su concurso la última semana de mayo como creí, sino el lunes 3 de ese mes. Por lo demás, todo es cierto y el anuncio ha sido retirado del blog "Pink Tank", lo cual comprueba que nunca llegará a concretarse.

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Yahya. Carlos Flores A.
Escritor chileno.