Aquí se ve a mi viejo en un patio del Cementerio Católico, donde estuvimos junto a mamá esta tarde para visitar las tumbas de mi abuelita V. Ester y tía Corina, a quien no tuve el agrado de conocer personalmente, pero era la madre de tía Marta. Después fuimos al Cementerio General para visitar la nueva tumba en donde está mi abuelito José Manuel.
Durante estas noches he soñado mucho con mi abuelita. Siempre son sueños donde nos demostramos cariño, pero a veces me duelen.
Durante estas noches he soñado mucho con mi abuelita. Siempre son sueños donde nos demostramos cariño, pero a veces me duelen.
Es mucho muy doloroso tener siempre presente a una persona que fue tan importante en tu vida y pese a haber fallecido, sigues queriendo. Si dejáramos de amar a quienes han muerto, sería muy fácil olvidarlos, pero en este sistema de cosas el sufrimiento es parte de la receta que nos hace humanos.
Sé que muchas veces pude haberlo dicho, escrito o pensado, pero es una manera de resignarme, porque la pérdida de un ser tan querido es algo con lo que puedes vivir, aunque jamás te acostumbres.
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