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Yahya Kemal Beyatlı.

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Carlos Flores Arias – Yahya.

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lunes, 13 de agosto de 2007

Periodismo versus Madeleine McCann

El pasado sábado se cumplieron cien días desde la nefasta desaparición de esta pequeña británica en Portugal, donde veraneaba con sus padres y amigos de éstos. Sin embargo, las investigaciones siguen infructuosas y dando cabida a muchas especulaciones.
Si bien no soy periodista sino comunicador social, mientras estudié y debido a que ambas son áreas relacionadas, investigué bastante sobre la teoría y práctica del periodismo en tiempos modernos. Pues bien, leí mucho sobre la objetividad que se espera de esta profesión…, lo suficiente como para darme cuenta cuando se cometen errores.
Por la tarde veía el programa “En Antena Splash” de la cadena televisiva ibérica Antena 3, donde discutían los últimos acontecimientos de este caso dando análisis. Empero, cierta periodista lanzó libremente una serie de especulaciones que cualquier individuo podría tener.
Dijo entre otras cosas que: Al parecer, los padres de Madeleine saben algo que no informan a la prensa y ya nos están haciendo creer lo que quieren; la actitud de la madre es un tanto sospechosa al no mirar directamente las cámaras porque da la impresión de sentirse culpable por la desaparición; la madre tiene los ojos secos, una actitud muy fría (o si se prefiere, indiferente) para alguien que ha perdido a su hija.
Con respecto a todo eso y sin temor a equivocarme, puedo decir que cualquier persona natural podría tener la misma impresión, considerando que actualmente se sabe muy a menudo sobre el maltrato, prostitución infantil y hasta pedofilia o incesto, lo cual antes nos dejaba horrorizados y ahora, nos parece casi cotidiano aunque no menos reprobable.
Sin embargo, es reprensible que una periodista experimentada falte tan notoriamente a la objetividad de informar. Sin importar si eres o no periodista de profesión, en tu calidad de comunicador social, informante y personaje público debes extremar los cuidados al momento de tratar una noticia de envergadura global, como lo es el Caso Madeleine a estas alturas.
Me vale que alguien por ahí piense en Chile como un país aún reprimido por la pasada dictadura pinochetista o bien, que España goza de mayor libertad expresiva y debido a esto, hablan a calzón quitado. Quienes hicieron estudios determinando que el periodismo debe ser lo más objetivo posible, no fueron chilenos sino eruditos europeos y norteamericanos que actualmente, son referentes en cualquier escuela de periodismo alrededor del mundo.
Claro está que el periodista no puede ser completamente objetivo, pues por su condición humana, dará algún punto de vista particular sobre la noticia dependiendo de los antecedentes que posea. Si el periodismo fuese tarea de máquinas, podría esperarse objetividad absoluta, pero la persona no puede evitar sentirse involucrada hasta cierto punto en la noticia. Por ello, durante la segunda mitad del siglo XX algunos estudiosos y periodistas rebatieron la teoría enseñada académicamente durante los primeros cincuenta años, argumentando que el periodista debe intentar acercarse lo más posible a la objetividad pretendida, sin olvidar su condición de ente subjetivo.
Es esto lo que da una pauta para no desatarse en conjeturas subjetivas interpretando los posibles significados o razones de las actitudes de la protagonista, como es la madre de Madeleine ahora, basándose en sus expresiones faciales ante una cámara. Insisto…, cualquier persona natural e incluso la propia periodista mostrada en el programa puede sacar sus conclusiones sobre la escasa información del caso o por qué en determinado momento la policía consideró sospechosos a los padres y su círculo social; pero si estás encargado de pararte frente a una cámara e informar o analizar la noticia, debes guardarte las deducciones personales y hablar de los hechos objetivos.
Ciertamente no hay suficiente información y el padre de Madeleine ya no publica todo en su blog, como solía hasta hace poco, por la obvia razón de no mantener informados a los posibles culpables acerca de las pesquisas detectivescas.
Sin embargo, ello no es una prueba concreta para insinuar que los padres de Madeleine saben algo no informado públicamente o que pretenden hacer creer algo distinto a lo realmente ocurrido. ¿Qué tal si la periodista está equivocada? ¿Y si la razón de la madre para estar fría frente a una cámara no es sentirse culpable, sino estar cansada de tanto asedio?
Al tratar estos temas, siempre digo que “la palabra tiene poder. Ninguna declaración pasa inadvertida, sin importar su naturaleza, menos aún cuando la hace mediáticamente un líder de opinión que goza de cierta credibilidad pública, como lo es un (a) periodista.
Quede claro que no defiendo a los McCann, independientemente de cuan involucrados estén en la investigación o el sufrimiento que pasen ahora. Sólo digo que no compete a periodistas inclinar la balanza en cuanto a opinión pública se refiere ni tampoco determinar la relación de los involucrados en el caso. Es tarea de la policía y la justicia, a través de una exhaustiva investigación, precisar quienes son los culpables y dar a conocer los resultados en su momento.
Otra situación muy distinta y en la cual concuerdo plenamente con otro panelista del programa, es lo abusivo que parece por parte del padre de Madeleine haber renunciado a su trabajo pero no a las colectas públicas para encontrar a su hija, con intención de hacer una página web que recolecte más fondos y así hallar a otros niños desaparecidos.
Por un lado, es perfectamente comprensible que al pasar por una situación tan extrema, cambie todo tu mundo y encontrar niños desaparecidos se transforme en el nuevo propósito de tu vida. Por otro, me parece evidente que la gente comience a pensar en el padre de Madeleine como un aprovechado, pues todo apunta a que dejó su trabajo estable para vivir de lo que hasta ahora es solidaridad.
No puedo dejar de mencionar lo detestable que me parece la farandulización del caso, al punto de ser abordado en un programa farandulero español. ¿Cuánto de esto resulta conveniente o incluso rentable para los McCann? Todo comenzó como una terrible pero común desaparición de una niña en un centro veraniego, lo cual pasa a diario; luego, fue el rapto de aquella pequeña y se cuestionó el descuido de los padres; a continuación, las pistas indicaban que aparentemente había sido asesinada, pues se halló sangre. Ahora Madeleine McCann es el estandarte de los niños desaparecidos en el mundo y han tomado parte líderes políticos, religiosos, sociales y obviamente la gente común que se sensibilizó.
Todo el mundo gira en torno a Madeleine como antes lo hizo por las Torres Gemelas, el maremoto de Tailandia, los trenes de Atocha y la guerra en Irak. Tal como esto pasó, el caso Madeleine también lo hará y nadie puede saber si en algún momento los resultados de la investigación serán dados a conocer tan públicamente como se ha tratado el tema.

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