El número ocho tiene un especial contenido simbólico de buena fortuna en la cultura china, razón por la cual la ceremonia inaugural en la XXIX versión de los Juegos Olímpicos se realizó hoy, 8 de agosto de 2008 a partir de las 20:00 hora china, con una duración de ochenta y ocho minutos.
Realizada en el Estadio Nacional, también llamado "Nido de pájaro" (situado al norte de la capital china y que albergó a 91.000 espectadores) con un costo aproximado a los 46.000 millones de dólares, mostró toda la cultura e historia local a lo largo de seis mil años abarcando la escritura, música, ruta de la seda, invenciones, sitios famosos, dinastías, aspectos religiosos hasta llegar a los avances tecnológicos de la China Contemporánea, destacándola como la civilización más importante y duradera a lo largo de nuestra historia. El despliegue humano, técnico y financiero sin duda supera al realizado en Olimpiadas anteriores.
Jamás en los veintinueve años de historia olímpica moderna, la antorcha había representado tal odisea en su trayecto desde Grecia hasta China. Se extremaron las medidas de seguridad -incluso aéreas- para prevenir cualquier posible contratiempo por parte de activistas pro independencia tibetana o incluso, miembros de Al-Qaeda.
Además, estas Olimpiadas se diferencian de anteriores por contar con la mayor cantidad de países en competencia, doscientos cuatro. La delegación chilena fue encabezada por un impecable Fernando Gonzáles vestido de huaso, pese a la temperatura que superaba los 30º C.
Dos mil ocho jóvenes tocaron la misma cantidad de fou, instrumento tradicional con tres milenios de existencia, mientras comenzaban la ceremonia de bienvenida, coreando el proverbio de Confucio "¡Qué contentos estamos de encontrarnos con amigos que vienen de tan lejos!".
En tanto, el presidente de China, Hu Jintao y del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, se levantaron de sus asientos en el palco presidencial para saludar a la multitud.
El gimnasta Li Ning, ganador de tres medallas de oro en Los Angeles 1984, encendió el pebetero, cuya llama vivirá a lo largo de los Juegos.
30.000 fuegos artificiales iluminaron el estadio al finalizar la ceremonia.
Realizada en el Estadio Nacional, también llamado "Nido de pájaro" (situado al norte de la capital china y que albergó a 91.000 espectadores) con un costo aproximado a los 46.000 millones de dólares, mostró toda la cultura e historia local a lo largo de seis mil años abarcando la escritura, música, ruta de la seda, invenciones, sitios famosos, dinastías, aspectos religiosos hasta llegar a los avances tecnológicos de la China Contemporánea, destacándola como la civilización más importante y duradera a lo largo de nuestra historia. El despliegue humano, técnico y financiero sin duda supera al realizado en Olimpiadas anteriores.
Jamás en los veintinueve años de historia olímpica moderna, la antorcha había representado tal odisea en su trayecto desde Grecia hasta China. Se extremaron las medidas de seguridad -incluso aéreas- para prevenir cualquier posible contratiempo por parte de activistas pro independencia tibetana o incluso, miembros de Al-Qaeda.
Además, estas Olimpiadas se diferencian de anteriores por contar con la mayor cantidad de países en competencia, doscientos cuatro. La delegación chilena fue encabezada por un impecable Fernando Gonzáles vestido de huaso, pese a la temperatura que superaba los 30º C.
Dos mil ocho jóvenes tocaron la misma cantidad de fou, instrumento tradicional con tres milenios de existencia, mientras comenzaban la ceremonia de bienvenida, coreando el proverbio de Confucio "¡Qué contentos estamos de encontrarnos con amigos que vienen de tan lejos!".
En tanto, el presidente de China, Hu Jintao y del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, se levantaron de sus asientos en el palco presidencial para saludar a la multitud.
El gimnasta Li Ning, ganador de tres medallas de oro en Los Angeles 1984, encendió el pebetero, cuya llama vivirá a lo largo de los Juegos.
30.000 fuegos artificiales iluminaron el estadio al finalizar la ceremonia.
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