Es una noticia anunciada a fines del año pasado, pero quise incluirla dentro de "La Pluma Dorada", dada la gran relevancia personal que para mí tiene Turquía.
Como Capital Europea de la Cultura el próximo año, Estambul se propone mostrar ejemplos de convivencia pacífica entre la amplia variedad de culturas y religiones que habitan la ancestral ciudad.
Los proyectos para el año cultural, deberían demostrar el modo de vida único en Estambul, así como la paz y armonía entre las naciones. Seguramente esto se facilita con la evidente admósfera espiritual del lugar.
Para financiar este plan, en 2010 el presupuesto subirá de 280 millones de nuevas liras turcas a 805 millones (unos 400 millones de euros o 516 millones de dólares)
Al presentarse como candidata a Capital Europea de la Cultura 2010, Estambul se inspiró en los cuatro elementos del filósofo Aristóteles.
Tierra, representada por las construcciones históricas que hacen gran parte de la herencia cultural.
Agua, representada por el Bósforo y el Cuerno de Oro, que son fuentes fluviales icónicas en Estambul.
Aire, representado por los esplendorosos minaretes, las torres de iglesias, la diversidad religiosa y tolerancia.
Fuego, representado por la juventud, la tecnología y las artes modernas.
"Si Estambul recibe el título honorífico, Europa descubrirá en Estambul las raíces de su propia cultura", se había dicho entonces.
Éste sin duda, es otro aliciente para organizar un viaje a Estambul y conocer un país a medio camino entre Oriente y Occidente.
La antigua capital de Turquía compartirá el honor de ser Capital de la Cultura Europea 2010 con la ciudad alemana Essen y la húngara Pécs.
Estambul forma parte de las grandes capitales europeas por derecho propio, pues posee un pasado cultural deslumbrante, debido a que en su seno se amalgaman los legados de magníficas civilizaciones, desde su fundación por Constantino.
Durante gran parte del Imperio Bizantino fue una de las más ricas y cultas ciudades europeas, y hasta la Primera Guerra Mundial fue capital de vastos territorios europeos y asiáticos, que forjaron culturas con una rica mezcolanza de estilos y concepciones de vida, siendo ésta la principal característica, ya sea en los Balcanes o en Asia Menor.
El carácter mayoritariamente musulmán que hoy ofrece, no le resta un ápice a su europeidad. El Islam forma parte de la herencia europea, como tantas otras religiones, y nos muestra abundantemente su pasado esplendor, ya sea en Granada, Sicilia, los Balcanes o en la misma Turquía.
También por su situación geográfica, es Estambul plenamente europea, resultando una encrucijada secular de caminos y culturas. El Bósforo, sin duda, une a Europa y Anatolia, mucho más que separarlas.
Estambul puede ofrecer al viajero aquel embriagador misticismo histórico, que se ha transformado en el sello por excelencia de sus ajetreadas calles, pero al mismo tiempo, lo complementa con modernos servicios comerciales y hoteleros que nada envidian a destinos turísticos vacacionales. Posee la perfecta unión entre un sitio espiritual que maravilla con sus paradisiacas vistas, y la comodidad secular de Occidente. Quien vea un atardecer estambuleño, con los increíbles tonos rojizos, dorados, violetas o azulados del firmamento enmarcando las magníficas mezquitas, ciertamente creerá estar en el mismísimo Cielo.
Tener a Estambul como la Capital Europea de la Cultura 2010, nos da la perfecta oportunidad para sumergirnos en el esplendor imperecedero de esta referencia económica, cultural y moral que tiene Turquía, puerta de Eurasia que además, atesora la belleza azul ostentada por dos mares.
Como si esto fuera poco, IBB de Cultura y el Departamento de Asuntos Social de Estambul, han contactado a Tarkan para formar parte de un concierto con la Orquesta Sinfónica.
Este proyecto se tiene planeado para el próximo año, por la distinción que tendrá Estambul.
Los proyectos para el año cultural, deberían demostrar el modo de vida único en Estambul, así como la paz y armonía entre las naciones. Seguramente esto se facilita con la evidente admósfera espiritual del lugar.
Para financiar este plan, en 2010 el presupuesto subirá de 280 millones de nuevas liras turcas a 805 millones (unos 400 millones de euros o 516 millones de dólares)
Al presentarse como candidata a Capital Europea de la Cultura 2010, Estambul se inspiró en los cuatro elementos del filósofo Aristóteles.
Tierra, representada por las construcciones históricas que hacen gran parte de la herencia cultural.
Agua, representada por el Bósforo y el Cuerno de Oro, que son fuentes fluviales icónicas en Estambul.
Aire, representado por los esplendorosos minaretes, las torres de iglesias, la diversidad religiosa y tolerancia.
Fuego, representado por la juventud, la tecnología y las artes modernas.
"Si Estambul recibe el título honorífico, Europa descubrirá en Estambul las raíces de su propia cultura", se había dicho entonces.
Éste sin duda, es otro aliciente para organizar un viaje a Estambul y conocer un país a medio camino entre Oriente y Occidente.
La antigua capital de Turquía compartirá el honor de ser Capital de la Cultura Europea 2010 con la ciudad alemana Essen y la húngara Pécs.
Estambul forma parte de las grandes capitales europeas por derecho propio, pues posee un pasado cultural deslumbrante, debido a que en su seno se amalgaman los legados de magníficas civilizaciones, desde su fundación por Constantino.
Durante gran parte del Imperio Bizantino fue una de las más ricas y cultas ciudades europeas, y hasta la Primera Guerra Mundial fue capital de vastos territorios europeos y asiáticos, que forjaron culturas con una rica mezcolanza de estilos y concepciones de vida, siendo ésta la principal característica, ya sea en los Balcanes o en Asia Menor.
El carácter mayoritariamente musulmán que hoy ofrece, no le resta un ápice a su europeidad. El Islam forma parte de la herencia europea, como tantas otras religiones, y nos muestra abundantemente su pasado esplendor, ya sea en Granada, Sicilia, los Balcanes o en la misma Turquía.
También por su situación geográfica, es Estambul plenamente europea, resultando una encrucijada secular de caminos y culturas. El Bósforo, sin duda, une a Europa y Anatolia, mucho más que separarlas.
Estambul puede ofrecer al viajero aquel embriagador misticismo histórico, que se ha transformado en el sello por excelencia de sus ajetreadas calles, pero al mismo tiempo, lo complementa con modernos servicios comerciales y hoteleros que nada envidian a destinos turísticos vacacionales. Posee la perfecta unión entre un sitio espiritual que maravilla con sus paradisiacas vistas, y la comodidad secular de Occidente. Quien vea un atardecer estambuleño, con los increíbles tonos rojizos, dorados, violetas o azulados del firmamento enmarcando las magníficas mezquitas, ciertamente creerá estar en el mismísimo Cielo.
Tener a Estambul como la Capital Europea de la Cultura 2010, nos da la perfecta oportunidad para sumergirnos en el esplendor imperecedero de esta referencia económica, cultural y moral que tiene Turquía, puerta de Eurasia que además, atesora la belleza azul ostentada por dos mares.
Como si esto fuera poco, IBB de Cultura y el Departamento de Asuntos Social de Estambul, han contactado a Tarkan para formar parte de un concierto con la Orquesta Sinfónica.
Este proyecto se tiene planeado para el próximo año, por la distinción que tendrá Estambul.
1 comentario:
esta muy bien
muy bien descrito
me gusto lo de los elementos naturales
agua, fuego, viento y tierra.
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