El diagnóstico de Yaman

En la foto: Yaman y Kriko, quienes sobrevivieron a Boby.

Hoy por fin, después de tres días muy angustiosos, en casa sabemos el diagnóstico de Yaman.

Desde ayer los veterinarios advirtieron que necesitaba urgentemente una transfusión de sangre, pues tiene bajas las plaquetas y con la hemorragia presentada, ni siquiera el suero podía ayudarlo. Por ello, durante todo el día mis padres y tía Pilar fueron a la clínica con uno de sus perros, que sería donante.

Después de la transfusión, Yaman debió ser sometido a una ecografía que acusó el coagulo en su vejiga y el tumor en un riñón. Este último será extirpado en los próximos días, cuando mi mascota se recupere del déficit plaquetario.

Afortunadamente, podremos cuidarlo en casa hasta su cirugía, pues los veterinarios advirtieron que en su condición, mi perro puede enfermarse aún más si se siente solo y por otro lado, no puede tener puesta la sonda un tiempo superior a 72 horas.

Es sin duda una buena noticia, pues al fallecer Boby el domingo pasado producto del veneno que un desgraciado le dio, sólo sobrevivieron dos mascotas y esta masacre aún no acaba... El mismo día de la intoxicación, algunos sujetos fueron vistos obsequiando veneno para ratones en mi pasaje.

Quien le dio veneno a Boby ni siquiera se imagina el crimen que cometió al asesinar despiadadamente a una criatura noble, inocente y que siempre tuvo un gesto agradecido o alegre para nosotros. Lo acogimos en casa para sanarlo del atropello sufrido en junio de 2008, pero con el tiempo se ganó nuestro cariño.

Jamás podría haber anticipado que tendría una muerte tan cruel... En los últimos meses, muchas mascotas (perros y gatos domésticos) han sido indiscriminadamente exterminados por la cobarde y anónima mano que truncó el futuro de Boby y otros 2 perros igualmente inofensivos el mismo domingo.

Junto con la eliminación de animales vagos, se ha llevado a cabo el asesinato de mascotas sanas. Muchas cuidaban las casas e impedían el robo o asalto en tiempos cuando ni siquiera el propio hogar es seguro, pues lo asaltan con sus habitantes dentro.

Boby era además un leal compañero, cariñoso amigo, incondicional mascota. No debe considerársele un animal, pues jamás lastimó a nadie y dadas las circunstancias, me apena comprobar que muchas veces un perro es más merecedor de cariño que una persona o a cuánto puede reducirse la condición humana.

Claramente, nada de lo que hagamos ahora podrá resucitar a Boby o los muchos compañeros domésticos aniquilados, pero ¿podría alguien detener este delito o acaso, una mascota no merece justicia?

Nota: Artículo enviado al departamento de Prensa y RR. PP. de la municipalidad.