Los años no pasan en vano

Me harté de tenerte como primer pensamiento por las mañanas y última fantasía nocturna.

No quiero más amantes que a corto o largo plazo se añadan a mi ya extensa lista de fracasos. Tengo en mi diario páginas mil mencionando aventuras de medianoche, porque las alimenté sólo de ilusiones.

Como pueda seguiré adelante, guardándome el orgullo en un bolsillo por haber sido incapaz de decirte a su debido tiempo que pudiste tenerme incondicionalmente, pero preferiste dejarme pasar, callándote aquel "Yo te necesito", que tantas veces quise escuchar mientras fingías amarme.

No me basta ser uno más del montón que pasó o pasará por tu lecho. Pretendí ser alguien especial para ti, pero acabé siendo apenas un momento entre tantos con desconocidos.

Otros habrá como yo, que detengan su extenuante marcha en tu puerta, prueben tus mieles y continúen adelante, sin siquiera significar algo para ti nuestros nombres.

Aunque mucho lo niegues a tus actuales o futuros huéspedes, Dios y yo sabemos cuánto clamaste por mi ausencia entre tus sábanas, aquellas noches invernales cuando pese al inclemente frío, el sudor te innundaba completamente.

La verdad, sé que poco te queda para echarme en falta otra vez, porque conoces mi naturaleza amatoria y desearás oír un "Te amo" cuando nadie más quiera decírtelo.

Han pasado buenos tiempos desde nuestro último encuentro pero aquí podrás confirmar más adelante, que tal como hiciste de mí un despechado, otros harán lo mismo contigo en mi nombre y cuando así sea, llorarás intentando recordar cómo se llama este hombre que alguna vez tanto te entregó.

Esperé por tantos años que me amaras de verdad, pero hoy tu amor es irrelevante. Para desgracia tuya, he conocido otros amores más satisfactorios y merecedores del afecto que antaño denigraste.

Esta tarde limpié los cajones donde solía guardar tus recuerdos, para hacerle espacio al puro corazón que reclama mis atenciones.