Hace algunas mañanas me levanté temprano para responder unos correos
electrónicos y el Sr. L me habló por chat. Como yo estaba en pijama y tenía
frío, le pedí que se conectara a MSN porque podríamos usar cámara web y además
los chats de las redes sociales son lentos, demasiado lentos para mi gusto.
Si quería que chateáramos, deberíamos hacerlo rápido y además, hacía meses que no nos veíamos. Dijo que si conectaba la cámara web su
computadora se quedaba pegada. Pero añadió que estaba desnudo en la cama. ¿Y a
pito de qué me interesaría saber eso ahora?
Para colmo de males, me tuvo quince minutos esperando respuesta suya y a
medida de que le iba preguntando, me di cuenta de que vive en el mismo
departamento, trabaja en el mismo lugar y sigue frecuentando aquellos locales
nocturnos que conoce, conservando su soltería. En resumen, su vida no ha
cambiado nada mientras que la mía sí.
Después de esto decidí que no puedo seguir estancado. Por ello lo bloqueé en
todas las redes sociales donde alguna vez lo tuve agregado, incluido el correo
electrónico y hasta borré su número telefónico de mi móvil.
Con esto se cierra definitivamente este capítulo en mi vida. Agradezco lo
aprendido y espero no tener que repasar las lecciones. Que cada uno siga su
camino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario