«Quien no conoce Estambul, no conoce el amor».

Yahya Kemal Beyatlı.

Comenta en este blog

Selamünaleyküm: No olvides dejar al final de cada artículo tu comentario para el autor de este humilde blog que acabas de leer. Tus opiniones serán tomadas en cuenta para mejorar el contenido en la forma y el fondo.

Si esperas respuesta a tu comentario, debes buscarla dentro de la misma sección del artículo que comentaste. Gracias. Selam.

Carlos Flores Arias – Yahya.

Escritor chileno.

Sobre Facebook

Por favor, si me agregas a Facebook, envíame un mensaje privado diciendo que has visto mi blog, para saber dónde me encontraste. De lo contrario, tu solicitud podría ser rechazada por seguridad. Muchas gracias por tu comprensión.

jueves, 7 de junio de 2012

Olvidarse de uno mismo

¿Qué dirá de mí la gente cuando me haya ido de este mundo? Pensaba pues en varias personas que de un modo u otro han pasado por mi vida y aunque todavía viven, ya no están conmigo. Compañeros de estudio, colegas, familiares y amigos que viven lejos.
Nadie puede detenerse cuando aquellos a quienes hemos estimado o incluso amado de diversas formas, se alejan. Ni siquiera yo, con el basto tiempo libre del cual dispongo hasta para actualizar este blog, puedo dejar de cumplir con ciertos compromisos. Y cuando te das cuenta, aquellos a quienes tanto quisiste una vez ya no están o peor, no les interesas.
Cuando alguien muere, sus deudos le lloran amargamente durante el luto. Pero con el paso del tiempo, parecen acostumbrarse a la pérdida y a sobrellevar el dolor que inicialmente fue tan intenso.
Pienso en aquellos a quienes hasta hace poco consideré como personas imprescindibles y que hoy están ausentes. A algunos yo mismo los alejé, otros se distanciaron con el tiempo, unos pocos se irán porque su tiempo en este mundo lamentablemente se les agota más rápido y hay quienes sin importar la distancia física ni geográfica, siempre están conmigo, en mi corazón y pensamiento.
A veces me cruzo con quienes fueron amigos, en algún restaurante o parque y además de saludarnos e intercambiar palabras, no nos llamamos. Es triste darnos cuenta de que nosotros mismos hemos pasado a un estado ausente en la vida de otros, aunque si nos ven, inmediatamente pareciera que el tiempo se olvida y ni un día ha transcurrido.
Hace pocos días llamé a una amiga que está pasando por una difícil situación y al charlar con ella, recordé que es una muestra de amor olvidarse de uno mismo para recordar a otro, pues aunque no pudiera resolver su problema telefoneándola, prefiero hacerlo antes de que sea demasiado tarde para recordar olvidarme de mí.
Vivimos tan inmersos en un mundo consumista, donde la mayoría de los mortales vive para trabajar, consumir y buscar placeres pasajeros, que llegada nuestra muerte no hemos hecho nada realmente importante y sólo somos recordados ocasionalmente por algún comentario gracioso o episodio puntual. Pocos pueden irse de este mundo habiendo marcado una huella profunda en quienes no son su familia más directa. Pocos se van dejando un legado que nos haga llorarles siempre, más allá del luto. Pocos son aquellos a quienes quisiéramos tener presentes durante toda nuestra vida y no sólo un corto tiempo. Pocos son los que apenas se ausentan, les queremos de regreso.
Lo importante es aceptar que Allah le dé su tiempo y espacio a cada persona.

No hay comentarios.:

Gracias por tu visita

Si llegaste a este blog y lo leíste, agradezco que me dedicaras un poco de tu tiempo.

Asimismo, te invito a dejarme tus comentarios, sugerencias, peticiones y críticas constructivas en los posts.

Por último, si te agradó, puedes añadir un vínculo de La Pluma Dorada en tu página web, blog, fotolog o espacio personal y así, colaborar al crecimiento de este humilde rincón. También te invito a convertirte en seguidor.

Espero tenerte de regreso; siempre serás bienvenido. Hasta pronto.

Yahya. Carlos Flores A.
Escritor chileno.