Tal vez deba escribir una próxima novela sin fijarme mucho en lo que finalmente pueda resultar. Buscar un tema es difícil porque todos parecen apasionantes en un principio, pero hay veces en que la historia no cuaja y los personajes no van más allá de la primera página, luego borro todo y es como un aborto espontáneo.
Podría escribir sobre criaturas fantásticas por ejemplo, pero eso suele interesarle más que nadie a las niñas, salvo que incluya algún pasaje erótico para atraer público adulto pero es irse por el camino fácil y no te garantiza la entrada a una editorial. Además, tampoco se trata de escribir cualquier cosa que venda con tal de convertirme en otro escritor millonario y famoso por relatos fútiles. No quiero caer innecesariamente en lo comercial.
Deberé definir un tema que realmente me interese, para no quedar sin historia llegando a las cien páginas y luego, iniciar la investigación, de modo que hasta lo más ficticio le parezca verídico al lectgor o por lo menos, que no se aburra esforzándose en creer lo que le cuento. Hay algunos relatos que mueren precisamente porque su autor intenta a toda costa convencernos de algo, cuando lo mejor es dejar que el lector entre al juego y quiera creer.
Como siempre, buscaré un tema que además de entretener por un rato, deje algo más, un mensaje o una reflexión que sustente mi trabajo.
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