«Quien no conoce Estambul, no conoce el amor».

Yahya Kemal Beyatlı.

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Carlos Flores Arias – Yahya.

Escritor chileno.

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lunes, 27 de mayo de 2013

Escritura creativa y recreativa

Hoy llueve en Santiago y hace un frío del carajo, pero a pesar de ello todo parece estar bien o al menos, mejor de lo que pensaba y como siempre, pude haber estado ahogándome en un vaso con agua.
Mi pluma vuelve a escribir con entusiasmo, aunque sólo sea en este blog porque mi diario íntimo hace meses que no es actualizado y sigo buscando un tema interesante -según yo- para escribir una nueva novela que me ayude a pasar el tiempo mientras tengo respuesta de la editorial con relación a la más reciente.
Lo que debo hacer primero es definir sobre qué asunto deseo narrar una historia y para ello, no es necesario retirarme a un lugar apartado meditando ni mucho menos, como algunos aseguran. Simplemente se requiere explorar en mis intereses y luego, ver haciadónde podría conducirse el relato.
Además, una vez definido el tema, se requiere elegir al protagonista y darle características tan básicas como el género y origen -que puede ser de raza, nacionalidad o incluso especie-. Ya hecho esto, se le otorga una historia pesonal de la cual puede derivarse el conflicto.
El conflicto de la obra es darle un espacio al protagonista dentro de una trama particular o contexto del relato.
Se puede contextualizar la narración definiendo un lugar, época, hecho histórico como lo más global hasta detallarlo en población socioeconómica o nivel cultural. De esto se desprenden los demás personajes que interactúan con el protagonista y contribuyen incluso con sus propias historias al universo del relato.
Por último, todo ello mezclado en dosis exactas da como resultado una narración que pueda desarrollarse prácticamente sola o de forma bastante fluida.
No hay ninguna ciencia compleja en esto. Es como poner a alguien desnudo en medio de la nada y comenzar a vestirlo, darle un entorno, una razón para moverse en ese espacio, colaboradores que lo guíen, obstáculos para superar... Del mismo modo en que un bebé aprende a caminar y luego marcha por sí mismo.
Quien diga que todo es un proceso de introspección profunda, se está liando más de lo necesario. A veces esto es necesario si se pretende definir como primer elemento el mensaje del relato, pero la mayoría de las oportunidades {este se da espontáneamente y entrega un valor mucho más significativos o permanentes que aquellos mensajes profundos cuya complejidad distrae al lector y no le permite gozar una vista panorámica del camino.
Hace algún tiempo perdí mi teléfono móvil, en cuya memoria guardaba muchos datos interesantes para escribir novelas. Desde hoy no confiaré tanto en la tecnología y comenzaré a utilizar una libreta de apuntes que llevaré a todos lados en mi mochila.
En esta libreta pueden anotarse nombres para personajes, fechas históricas importantes, hechos noticiosos, palabras curiosas. Para especificar más, pueden anotarse también las definiciones de dichos términos, sinónimos y antónimos que sirven para aumentar el vocabulario, evitando en lo posible la redundancia.
Aquella libreta también puede contener cualquier detalle que se aprecie por las calles como direcciones de sitios y descripciones de los mismos que luego, utilizar para darle mayor realismo al relato.
Aunque parezca tonto, no debe olvidarse llevar el lápiz. Siendo escritor, cuando ocupaba las notas del teléfono móvil jamás llevaba conmigo un bolígrafo y muchas veces necesité firmar documentos.
Ahora seguiré buscando la inspiración, que puede hallarse en cualquier sitio.

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Yahya. Carlos Flores A.
Escritor chileno.