FOTO: Atardecer en Turquía.
En estos días estoy dándole mucho de mi tiempo a la escritura y el
ejercicio. He trabajado mucho buscando un tema que me interese lo suficiente
como para desarrollarlo en una nueva novela, sin coartar mi creatividad, la
libre expresión y pretendiendo como siempre, entregar algún mensaje, una
moraleja que le sirva a quienes puedan ser mis lectores. No tendría sentido
escribir cualquier estupidez sólo por creerme escritor; debo serlo realmente.
Si escribo sobre vampiros, no quiero darle más espacio a
personajes demasiado femeninos, sensuales o adolescentes. Quisiera investigar
la verdadera tradición mitológica para no tener un producto meramente
comercial.
Escribiendo sobre brujas, aunque me eche encima a medio mundo,
quisiera retomar la tradición histórica del personaje alejado de los
encantamientos llenos de verborrea que distorsionan la verdad, haciéndolo
parecer un ente absolutamente sobrenatural, inmortal y ajeno a este mundo.
No quiero escribir una novela dirigida al público gay, porque ya
lo intenté cuando terminé de trabajar como columnista en Mitos RTV Magazín y no
resultó. Eché fuera algo que muchos podrían considerar demasiado polémico por hablar
sobre sexo, divorcio y drogadicción. Esta sociedad hipócrita cree que dichos
fenómenos dejan de existir si no se habla de ellos.
Podría investigar más sobre Turquía, que para mí es un tema y un
lugar realmente apasionante. Sin embargo, en todos mis trabajos abordo de algún
modo aquel interés personal y sólo basta leerme para darse cuenta. No sería un
escrito mío sin mencionar algo relacionado con Turquía, aunque fuese un detalle
mínimo.
Quisiera escribir alguna experiencia personal pero ya lo hice, en
Síndrome de Estambul: El diario de Sofía Mustakis. Un escritor debe escribir
sobre lo que conoce y no es por presumir, pero esta novela mía es sin duda
hasta ahora, la que más amo por plasmar en el papel lo mejor que me ha sucedido
en la vida. ĺnşAllah
tenga la oportunidad de repetir la experiencia, para renovar aquella
inspiración que me permitió escribir esta novela.
Cualquiera sea el contenido de una próxima novela, haré todo lo
posible por entregar lo mejor en cada página y que así, mis lectores reconozcan
algo de sí mismos como podría ser una experiencia, un deseo o un sueño. No por
nada al escribir, siento que revelo un rincón de mi corazón que otras veces
permanece oculto en lo más íntimo. Cuando el escritor dibuja una letra, cada
trazo desnuda su alma.
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