«Quien no conoce Estambul, no conoce el amor».

Yahya Kemal Beyatlı.

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Carlos Flores Arias – Yahya.

Escritor chileno.

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domingo, 15 de mayo de 2016

El corazón de quien ama

En este mundo existen dos tipos de corazones:
existen los que están abiertos como la entrada a un hermoso jardín
y aquellos cerrados como la puerta de una prisión.
A los primeros el amor llega buscando un hogar
y en los otros, el amor llama sin que se le permita entrar.
El amor es la fragancia que los seres humanos buscamos la vida entera,
pero muy pocos encuentran ese perfume tan exquisito
y algunos prefieren engañar sus sentidos
con el incienso de la lujuria.
Tanto desea amar el alma humana,
que vaga por el mundo buscando compañía y a veces,
escucha el susurro de quien le confunde
con falsas promesas y caricias vacías.
El verdadero amor es un hermoso sentimiento
siempre sincero y jamás deshonesto,
refugio de la fría soledad a la cual tanto tememos,
esperanza en medio de la desolación,
certeza para uno en la incertidumbre de otros,
lluvia fresca cuando se recorre el desierto.
Las almas van y vienen sabiendo esto, pero prefieren cerrar los ojos,
porque amar es un trabajo demasiado extenuante
que puede durar toda una vida
y aunque el tesoro sea inmenso e invaluable,
las sensaciones de este mundo parecen más placenteras,
engañosas, primitivas, pasajeras,
no permiten ver del amor, la sutileza.
La paz del que ama es comparable a un árbol,
cuyas hojas se mecen suavemente con la brisa del verano,
cuyo grueso tronco está firmemente enraizado,
permitiéndole dar su dulce fruto en toda temporada.
El deseo es un espejismo entre las arenas,
una ilusión breve cual mirada
que se marcha tan rápido como llega.
El corazón del amante es una fuente de agua pura,
donde el ser amado sacia su sed;
una cálida cabaña en cuyo interior se enciende la leña
para una chimenea que no se apaga.

2 comentarios:

Leonardo N. dijo...

Como que me sentí identificado con el poema.. Por las experiencias aveces vamos cerrando el corazón sin darnos cuenta que caemos en un mundo de felicidad pasajera y lujuriosa.. nos terminamos conformando algunos viviendo de momentos por que como dices el verdadero amor es un trabajo aveces muy extenuante.

Yahya. Carlos Flores A. Escritor. dijo...

Me gusta cuando el lector se identifica. Saludos.

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Yahya. Carlos Flores A.
Escritor chileno.