«Quien no conoce Estambul, no conoce el amor».

Yahya Kemal Beyatlı.

Comenta en este blog

Selamünaleyküm: No olvides dejar al final de cada artículo tu comentario para el autor de este humilde blog que acabas de leer. Tus opiniones serán tomadas en cuenta para mejorar el contenido en la forma y el fondo.

Si esperas respuesta a tu comentario, debes buscarla dentro de la misma sección del artículo que comentaste. Gracias. Selam.

Carlos Flores Arias – Yahya.

Escritor chileno.

Sobre Facebook

Por favor, si me agregas a Facebook, envíame un mensaje privado diciendo que has visto mi blog, para saber dónde me encontraste. De lo contrario, tu solicitud podría ser rechazada por seguridad. Muchas gracias por tu comprensión.

viernes, 9 de marzo de 2018

Carta de reconciliación

Selamünaleyküm []:
Debo reconocer que ahora no he tenido tiempo para estudiar turco, pues intento terminar la novela que escribo desde hace dos años. ĺnşAllah puedas entenderme; no pretendo causarte molestias y agradezco que tomes tiempo para leer.
Te envié el presente mensaje PRIVADO por Facebook  con copia a tu correo electrónico para asegurarme de que lo recibas y no se pierda, pero no pretendo acorralarte; no te lo tomes a mal. Han pasado cuatro años desde la última vez que nos escribimos y espero que haya sido suficiente tiempo para hallarte más tranquilo. No quisiera recordarte cada desagradable detalle de nuestro distanciamiento, pero has de saber que durante estos años me ha hecho mucha falta tu amistad.
Quise escribirte ahora porque no deseo irme de esta vida teniendo asuntos pendientes y no quiero ser desagradecido. He tenido mucho tiempo para reflexionar sobre todo lo ocurrido e intentar entender tu enojo. Debo ser sincero y admitir que también estuve molesto, decepcionado, desilusionado pues me sentí discriminado, humillado y herido (aunque nunca te odié) pues en principio tu reacción me pareció exagerada. Ahora sigo pensando lo mismo, pero no tengo rabia por eso.
Mi error fue no tomar en cuenta que eras muy tolerante conmigo y para un hombre turco heterosexual debe ser difícil relacionarse con alguien como yo por el qué dirán. Sin embargo, te pido intentar comprender mis carencias afectivas;  en ese contexto, tu amistad fue tan importante para mí, que desafortunadamente no pude evitar confundirme. Viajar a Estambul fue para mí un sueño hecho realidad y me enamoré de ti teniendo las emociones demasiado exaltadas por vivir un momento muy feliz; podrás suponer que mi vida no ha estado llena de felicidad.
Las emociones exaltadas se calman con el tiempo. Como dije antes, sentí que tu reacción obedecía más al qué dirán y no tanto a errores míos; posiblemente te preocupó la opinión que nuestra amistad causaría en otros y eso me dolió, porque tenías un lugar muy importante en mi corazón: me ayudaste en Estambul, estuviste conmigo durante la etapa más feliz de mi vida, incluso mi madre te quiso casi como un hijo… Yo soy un hombre enfermo (diabético y físicamente discapacitado), solitario, me han discriminado muchas veces, he sufrido bastante, también me ha faltado el amor romántico y de pronto, pude cumplir un sueño viajando a Turquía, conocer a Tarkan, recorrer lugares muy hermosos, encontré amigos maravillosos, olvidé mis enfermedades, mis tristezas; ahí estuviste tú y por eso me enamoré como pude haberlo hecho de cualquiera que me demostrara cariño, pues se me vino encima una avalancha de emociones que no supe cómo procesar porque jamás viví algo parecido, pero nunca he querido lastimar a nadie.
Espero sepas comprenderme como ahora, después de años, pude entender que tu reacción fue exagerada quizás por un motivo. Siempre supiste sobre mi amor y mi homosexualidad, pero me dijiste que no podías corresponderme; yo sin embargo, insistí hasta cansarte… Soy capaz de comprender esto porque también me he visto en situaciones donde algunos me insisten sin ceder terreno. Si nos reconciliáramos, no cometería el mismo error porque he cambiado; no soy como antes.
Por otro lado y sin ánimo de desentenderme, debes saber que en aquel tiempo hubo terceras personas que alimentaron mis fantasías románticas, haciéndome soñar como un niño. Hoy esas personas ya salieron de mi vida y ha sido lo mejor.
Por favor, no seas cruel conmigo, pues tu indiferencia me ha hecho sufrir demasiado en estos años… Me acusaste de ser mentiroso, pero la verdad es que siempre te hablé frontalmente de mis sentimientos hasta provocar tu cansancio. Actualmente escribo una novela que trata sobre todo lo sucedido después de mi viaje a Turquía y en ese contexto, he tenido la oportunidad para leer los mensajes que nos escribíamos mutuamente, pues acostumbro archivar todos mis correos: pude notar que muchas veces hablamos sobre mis sentimientos y esto pudo agobiarte, pero entonces no me daba cuenta. Tu nombre no aparece en este trabajo literario; lo digo para evitar problemas. Quédate tranquilo… Ni siquiera sé si será publicado en Turquía, como podría ocurrir con Síndrome de Estambul, una novela que publiqué en Chile al finalizar el año dos mil quince y de la cual te envié un ejemplar en español como obsequio; espero puedas leerla.
Ahora mismo debería escribirte un mensaje breve, pero temo que no bastaría para explicarte mis argumentos con la suficiente claridad. Reitero que me gustaría mucho reconciliarme contigo, pero esta vez puedes estar seguro de que no estoy enamorado de ti y sólo te daría una amistad sin acosarte, porque he aprendido de mis errores y no quiero sufrir más. Perderte fue demasiado doloroso, por muchas razones.
Yo no escogí ser homosexual pero acepto esto como voluntad de Allâh (cc). No quiero inspirarte lástima sino más bien admitir que tal vez no debí ser tan insistente contigo. Pero por favor, intenta entender que no siempre puedes controlar de quién enamorarte y esto hace que la mayoría de las veces, uno se equivoque…, seguramente también te ha sucedido. Enamorarse es parte de la experiencia humana y así como tú puedes interesarte en una chica, los demás tampoco queremos estar solos; si alguien me prohibiese enamorarme sólo porque soy homosexual, estaría quitándome parte de mi humanidad y no sería justo. Mi propósito nunca fue perjudicarte y como suele suceder en estos casos, el amor pasa. Ciertamente nadie se enamora sin darle motivos; todos queremos amar, pero nadie va por la vida enamorándose de cualquiera.
Cuando me enamoré de ti, tal vez malinterpreté señales pero es que me gustó la atención amistosa que me dabas. No quiero hacerte responsable de mis sentimientos pasados, pues eran mi problema y yo debía lidiar con ellos. Sin embargo, siempre te decía que nuestra amistad era muy importante para mí; pensé que seríamos capaces de superar este conflicto en poco tiempo, pero me equivoqué y debo confesarte que el dolor de perderte a veces era muy difícil de superar, soportar y olvidar.
Sigo siendo un musulmán practicante y aunque a veces me equivoco porque no pretendo ser santo, intento hacerlo lo mejor posible; nadie puede ser un musulmán perfecto. Te consta que soy una buena persona porque mientras fuimos amigos, te demostré muchas veces cuánto me importabas… Por favor, no olvides esto y tampoco me cierres las puertas por un error. Ten en cuenta que todos somos criaturas imperfectas y nos equivocamos; si estuvieses en mi lugar, también te gustaría tener una segunda oportunidad.
No seas severo con quien tanto te quiso y aún se preocupa por ti. Yo podría ser muy orgulloso y haberte ignorado desde hace tiempo, pero he intentado muchas veces acercarme a ti porque todavía me importas. Siendo ambos musulmanes, podría esgrimir muchos argumentos religiosos de por qué deberías disculparme, pero mi intención no es presionarte basado en el Noble Corán o los hadices sino más bien, prefiero hablarte desde el corazón como siempre lo hice. No subestimes esto.
Sé que tal vez me odias y no quieres saber nada de mí. Durante estos años he hecho mucho duâ por ti, escribí una novela para dedicártela (con permiso de Allâh, Síndrome de Estambul pronto será publicada en Turquía), te escribí más de cuarenta mensajes al principio, le pedí a [] que hablara contigo (por favor, no te enojes con él, pues más que un amigo para mí ha sido un hermano), ahorré dinero para viajar a verte y aún no puedo hacerlo sólo porque nadie me acompaña junto a mamá. Sin embargo, todos estos esfuerzos han sido inútiles porque sigues enojado conmigo. ¿De verdad merezco ese castigo?
Tal vez has olvidado ya los buenos momentos que tuvo nuestra amistad, pero te pido hacer un esfuerzo para recordarlos. Después de tanto tiempo, quizás te parezca patética mi insistencia, pero en esto puedes ver cuánto me importas… Aunque no estoy de acuerdo, sé bien que mi amistad y mi enamoramiento pudieron resultarte problemáticos por la opinión de otros, pero mi intención nunca fue avergonzarte… Debo confesarte que hasta cierto punto me sentí humillado, por insistir tanto sin obtener ningún resultado favorable mientras que otra persona en mi lugar, no habría demorado en olvidar el asunto y seguir adelante con su vida. Me apena mucho pensar que te resultara tan fácil dejarme atrás, pero me es imposible saber hasta qué punto mi actitud pudo incomodarte. He sufrido a causa de tu indiferencia, pero reconozco también ser culpable de tu enojo por mi insistencia en algo que obviamente jamás podría ser.
Ten presente por favor, que este mensaje no es para reprocharte ni sacarte cosas en cara sino más bien, para reconocer mis errores y apelar al cariño que alguna vez me tuviste como amigo. Voy por la vida como puedo y ya que las emociones son todo mi capital, regularmente tropiezo. No quiero inspirarte pena porque sería humillante, pero ponte la mano en el corazón, sé sincero contigo mismo y considerando todo cuanto sabes de mí, te darás cuenta de que siempre intento demostrar mi amor a quienes me rodean… Si fuese millonario, seguramente compraría cariño con costosos regalos; si fuese guapo, atraería con mi apariencia o siendo carismático; pero sólo puedo dar mi corazón a quien quiera recibirlo. ¿No es suficiente?
En esta vida se pueden conocer pocas personas que realmente tengan importancia por su bondad, su lealtad, su cariño desmedido. Durante estos años muchos falsos amigos se han ido de mi lado porque sólo buscaban algo en específico. Sin embargo, otros muy pocos han permanecido junto a mí, permitiéndome valorarles.
Uno que siempre ha estado conmigo es [], quien incluso me consoló cuando el club de fanáticos de Tarkan desapareció y más al romperse nuestra amistad. Te consta que es una excelente persona y siempre está presente cuando sus amigos le necesitamos. Ahora que está en otro país, hablamos muy poco; lo extraño mucho.
Sé que reconciliarnos es algo difícil porque la confianza se rompió en ambos extremos y si nos aproximamos, las condiciones serán muy distintas ya que no tendremos el mismo trato de antaño. Pero por favor, considera que estoy dando un paso para acercarme a ti con las mejores intenciones. Al principio de este mensaje te decía que deseo poner en orden mis asuntos antes de morir y además, tenemos muy poco tiempo en este mundo para desperdiciarlo con prejuicios, temores, rencores, quiebres, discusiones, orgullo u otras emociones negativas.
Demoré mucho en entender tu posición porque lo más fácil es creer que uno tiene la innegable razón siempre; pero este tiempo me ha servido para reflexionar y aunque no comparto tu opinión, soy capaz de ponerme en tus zapatos. Cuando se tiene conflictos con alguien, la gente tiende a pensar que los años borrarán el sufrimiento causado; muchos no reconocen sus errores y les parece humillante ofrecer disculpas… Ignoro si esta carta llegará a tu corazón porque he fracasado antes pero ciertamente nadie sabe cuándo morirá y por esto, todos deberíamos ser capaces de superar el rencor; no sería correcto dejar esta vida pasándole a otro la responsabilidad de aliviar el dolor que hemos causado; debemos ser nosotros mismos los que consolemos a quien hayamos lastimado. Sinceramente espero que nos reconciliemos, pero si esto no sucede deberé aceptar la voluntad de Allâh (cc), teniendo la consciencia tranquila por haber hecho lo posible para solucionar este problema.
Espero que puedas ponerte en mi lugar. Tal vez no te hice falta durante este tiempo pero si decides darme otra oportunidad, por favor no me tengas lástima. Me costó mucho escribir este mensaje, pues debí ignorar mi orgullo y el temor de que me cerraras las puertas; al menos eso debería considerarse un mérito.
Tal vez tu enojo aumentaba cada vez que te escribía esperando una respuesta, pero lo cierto es que el amor se transformó en cariño. Por eso intentaba contactarme contigo cuando en Turquía sucedía alguna mala noticia. Te ofrezco disculpas sinceras por cualquier mal rato derivado de esto.
Este mensaje ya se ha extendido demasiado y creo haberte explicado mis más importantes argumentos buscando una reconciliación. Hay cosas que omití, pues no merece la pena mencionarlas. No quiero presionarte pero cualquiera sea la decisión tomada, medítala bien, sin ser impulsivo. He sido lo más honesto que me es posible sin pretender enojarte más… Espero que puedas apreciarlo.
Gracias por tener la paciencia de leerme hasta este punto. Me despido con un abrazo que espero quieras recibir. Selam.

Yahya Flores Arias.

Nota: Algunos meses después de haber enviado este mensaje y sin tener respuesta, el destinatario de quien protejo la identidad, fue bloqueado en las redes sociales que ocupo; sus mensajes fueron borrados habiendo sido registrados éste y algunos anteriores en mi diario íntimo. Todavía guardo algunas cosas que me lo recuerdan, pero ahora tienen otro significado porque son recuerdos del viaje que hice con mi madre.
Éste fue el último correo electrónico enviado para intentar reconciliarme con el destinatario y recuperar sólo su amistad. Pera ya que no hubo respuesta, decidí seguir con mi vida y olvidarlo.
Subo este mensaje aquí sólo para tener un registro, tal como lo hice cuando terminé mi relación con el Sr. L. 

No hay comentarios.:

Gracias por tu visita

Si llegaste a este blog y lo leíste, agradezco que me dedicaras un poco de tu tiempo.

Asimismo, te invito a dejarme tus comentarios, sugerencias, peticiones y críticas constructivas en los posts.

Por último, si te agradó, puedes añadir un vínculo de La Pluma Dorada en tu página web, blog, fotolog o espacio personal y así, colaborar al crecimiento de este humilde rincón. También te invito a convertirte en seguidor.

Espero tenerte de regreso; siempre serás bienvenido. Hasta pronto.

Yahya. Carlos Flores A.
Escritor chileno.