Elhamdülillah ya comenzó el Bendito Mes de Ramadân y además de ser
una excelente oportunidad para ejercitar la espiritualidad acercándose a Allah
(cc), quiero este año darme también la posibilidad de reiniciar en diversos
aspectos de mi vida.
Es un mes lleno de bendiciones que Allah (cc) entrega a sus
siervos, pero también un período en el cual se pueden dejar malos hábitos,
finalizar etapas y superarse como ser humano.
No es ningún secreto para mis lectores que tengo problemas con los
apegos emocionales y a veces ello me significa arrastrar el pasado mucho más
tiempo del que debiera. Ahora dedico menos tiempo a asuntos mundanos he tenido
momentos para reflexionar sobre lo que he vivido en el mundo y francamente,
algunas experiencias me parecen bastante desalentadoras.
No me estoy quejando, porque esta vida es para aprender y el
proceso de maduración es costoso, doloroso y difícil. Se ilusionan aquellos
quienes creen que esta existencia temporal debe ser dedicada completamente al
comportamiento hedonista, porque el sufrimiento no puede ser evadido de forma
permanente; en algún momento deberemos enfrentar nuestros temores así que
nuestra única alternativa es prepararnos para lidiar con ello de la mejor forma
posible.
Éste no debería ser un motivo para rendirse o entregarse a la
desolación. Desde la Antigüedad y a través de gran parte de nuestra historia en
el Bendito Ramadân Allah (cc) ha entregado Su mensaje, precisamente para que
sepamos cómo vivir en este mundo que cada vez se hace más oscuro… Sería una
petulancia de mi parte decirles a mis lectores qué cambios ideológicos hacer
para, según mi perspectiva, sufrir menos y por otro lado, creo no haber usado
este blog para predicar antes, por lo que no pretendo iniciar ahora; si lo he
hecho ha sido sin darme cuenta y ofrezco disculpas a quien se haya sentido
invadido en su espacio personal.
El punto es que desde un principio este blog fue pensado como un
medio para comunicarme con aquellas personas que voluntariamente quisieran leer
mis opiniones sobre diversos temas y siempre ha existido la libertad para
concordar o discrepar conmigo; si tengo activada la moderación de comentarios
es sólo porque algunos comentaristas anónimos postean direcciones URL con
avisos comerciales o pornográficos a los cuales no me interesa darles espacio. Al
transcurrir los años, mi análisis en cada artículo y dependiendo del tema se
hizo más detallado, aunque no sé si agudo.
Hay algunos artículos aquí que tienen comentarios favorables para
mí, no porque concuerden completamente sino más bien porque he podido constatar
que me permites entrar y se identifican conmigo. Si a veces hablo de religión,
especialmente en fechas importantes del Islam, es porque así pretendo corresponderles,
permitiéndoles conocerme más.
Ciertamente una religión da directrices de cómo llevar nuestras
vidas pero no te obliga a actuar de un modo determinado; esto es más bien
consecuencia del fervor que cada persona tenga sobre las enseñanzas, cómo
lleva su propio credo e incluso, el grado de fe que pueda sentir. Todo esto es
tan personal que incluso los objetivos de cada individuo son íntimos. Antes de
ser musulmán practicante digamos que fui un cristiano inactivo, pero incluso
antes de viajar a Turquía tuve la intención de hacer algunos cambios en mi vida
y hasta entonces, podrían haberme calificado como alguien aparentemente sin
rumbo fijo. El Islam me ha dado un sentido de pertenencia, identidad y sobre
todo, estabilidad espiritual que en sí misma, puede considerarse una bendición.
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