En "Invasión"

Como era de esperarse, hacía un calor casi insoportable por los focos y la multitud del público que francamente, fue más numeroso en la grabación del programa de mañana que en la transmisión en vivo de hoy.

Sebastián Pérez-Canto estuvo especialmente dedicado a prestarme atención, por simple amabilidad, pasando por alto mi obvia y creo que hasta molesta imprudencia cuando le charlaba mientras él intentaba escuchar las instrucciones.
Cuando me contó que trabaja en una productora de eventos y le dije que soy productor, me ofreció entregar un C.V. mío si se lo enviaba por correo electrónico, cosa que acabo de hacer.
Ello fue especialmente gentil de su parte, considerando que le entregué confianzudamente un currículum a la productora general del programa, quien desgraciadamente no podrá ayudarme mucho porque según me explicó, el presupuesto y las contrataciones se hicieron a fin del año pasado y además, el canal no necesita a alguien con mis habilidades.

Estaba deprimido por la respuesta de la productora, somnoliento por estar en un rincón oscuro del plató..., cosa que también se aplica metafóricamente a mi vida, acalorado por los focos y preocupado porque se acercaba la hora de mi cena sin que pudiera medir mi glicemia o inyectarme insulina ultrarrápida para comer algo en el casino.

No sé qué condiciones sean necesarias para trabajar en un medio de comunicación, no precisamente frente a las cámaras. Lo que sí me quedó claro es que luego de un año enviando mi C.V. por correo electrónico tres veces mensuales o a veces a diario durante un mes, partir hasta allá y entregarlo en la Recepción y finalmente, infiltrarme como público de "Invasión" para entregarle el documento a la productora general, siendo descartado, se me agotaron las posibilidades de trabajar allí.