Ya tenía el libro, pero nunca lo he leído completamente, pues debe ser un poco más breve que la Biblia. En cuanto a la película, puedo decirles que realmente merece la pena… Tiene acción, suspenso e incluso romance con el primer beso del protagonista, que dicho sea de paso, me decepciona, pues no es con quien esperaba.
Por lo demás, es una historia que seduce al espectador sin necesidad de que éste sea un fanático, como es mi caso, ni recurriendo a escenas subidas de tono como desnudos, el arma cinematográfica favorita.
Es bastante más sombría que las anteriores películas, lo cual desde luego contribuye al aspecto tenebroso de la narración. Aunque hay escenas diurnas, sólo se sabe en los exteriores, pues la mayoría de las locaciones son interiores de castillos, sótanos o bosques tenebrosos donde habitan aquellas míticas criaturas a las cuales alude J. K. Rowling para dar vida consistente a esta Gran Bretaña mágica y paralela.
Si bien el enemigo mayor de “Harry” sigue siendo este maligno hechicero innombrable, lo interesante es que el héroe debe enfrentar a otros opositores no malvados pero sí fanáticos y además, las contradicciones existenciales propias de un adolescente, que se corporizan en espectros o criaturas infrahumanas para hacer universal la constante confusión juvenil y que de este modo, sea comprendida por el público infantil.
Lo mejor de todo es que hay varias revelaciones importantes, como que el padre de “Harry” fue un fanfarrón en su época estudiantil, que el guardabosques tiene un medio hermano gigante y que al final de la historia el protagonista y el antagonista tienen un enfrentamiento final al cual sólo uno sobrevive.
Es necesario permanecer lo más concentrado posible para no perder detalle, pero se entretendrán bastante, sin importar su edad.
Por lo demás, es una historia que seduce al espectador sin necesidad de que éste sea un fanático, como es mi caso, ni recurriendo a escenas subidas de tono como desnudos, el arma cinematográfica favorita.
Es bastante más sombría que las anteriores películas, lo cual desde luego contribuye al aspecto tenebroso de la narración. Aunque hay escenas diurnas, sólo se sabe en los exteriores, pues la mayoría de las locaciones son interiores de castillos, sótanos o bosques tenebrosos donde habitan aquellas míticas criaturas a las cuales alude J. K. Rowling para dar vida consistente a esta Gran Bretaña mágica y paralela.
Si bien el enemigo mayor de “Harry” sigue siendo este maligno hechicero innombrable, lo interesante es que el héroe debe enfrentar a otros opositores no malvados pero sí fanáticos y además, las contradicciones existenciales propias de un adolescente, que se corporizan en espectros o criaturas infrahumanas para hacer universal la constante confusión juvenil y que de este modo, sea comprendida por el público infantil.
Lo mejor de todo es que hay varias revelaciones importantes, como que el padre de “Harry” fue un fanfarrón en su época estudiantil, que el guardabosques tiene un medio hermano gigante y que al final de la historia el protagonista y el antagonista tienen un enfrentamiento final al cual sólo uno sobrevive.
Es necesario permanecer lo más concentrado posible para no perder detalle, pero se entretendrán bastante, sin importar su edad.
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