A Pablo Caputo.
Sostenerse en el camino cuando el viento empuja,
infatigable marcha mantener si el cansancio abruma,
padecer el vacío de la tripa en cada jornada dura
y soportar estoicamente el frío de la lluvia.
Todo cuanto padece el viajero, amerita su astucia,
cual Ulises camino a Ítaca tras extenuante lucha.
¿Es el destino su premio por la constante angustia,
o las lecciones del sendero, el galardón que busca?
Bendito es el amante que magulla su talón en fuga,
que anhela consumar prohibido romance con premura,
da esperanzado cada paso carente de dudas
para llegar a los brazos de quien ama sin censura.
De ligero equipaje que no descuida,
el mayor tesoro es cada aventura.
Su amarga jornada siempre se endulza
con aquello que descubre entre amanecer y luna.
Gitano de corazón, su hogar siempre busca
y su morada está en cada cultura.
Ciudades y naciones están en su alma pura,
sonrisa es el pasaporte que usa.
Doquiera que llegue, anfitrión le ayuda,
techo, comida y abrigo ofrece con soltura,
no esperando retribución alguna
y teniendo amistad sincera, que perdura.
Desde Estambul a Bogotá el viajero acuda,
como ave peregrina y en vuelo disfruta
la libertad que su corazón promulga,
dando luz a la más absoluta penumbra.
Montaña, mar y bosque a él sucumba,
cuide su andar de piedra y ranura.
Que a su amor el paso le conduzca,
Dios lo libre de tribulación y angustia.
Sostenerse en el camino cuando el viento empuja,
infatigable marcha mantener si el cansancio abruma,
padecer el vacío de la tripa en cada jornada dura
y soportar estoicamente el frío de la lluvia.
Todo cuanto padece el viajero, amerita su astucia,
cual Ulises camino a Ítaca tras extenuante lucha.
¿Es el destino su premio por la constante angustia,
o las lecciones del sendero, el galardón que busca?
Bendito es el amante que magulla su talón en fuga,
que anhela consumar prohibido romance con premura,
da esperanzado cada paso carente de dudas
para llegar a los brazos de quien ama sin censura.
De ligero equipaje que no descuida,
el mayor tesoro es cada aventura.
Su amarga jornada siempre se endulza
con aquello que descubre entre amanecer y luna.
Gitano de corazón, su hogar siempre busca
y su morada está en cada cultura.
Ciudades y naciones están en su alma pura,
sonrisa es el pasaporte que usa.
Doquiera que llegue, anfitrión le ayuda,
techo, comida y abrigo ofrece con soltura,
no esperando retribución alguna
y teniendo amistad sincera, que perdura.
Desde Estambul a Bogotá el viajero acuda,
como ave peregrina y en vuelo disfruta
la libertad que su corazón promulga,
dando luz a la más absoluta penumbra.
Montaña, mar y bosque a él sucumba,
cuide su andar de piedra y ranura.
Que a su amor el paso le conduzca,
Dios lo libre de tribulación y angustia.
3 comentarios:
WOW!!!!!
NO TENGO PALABRAS
SIMPLEMENTE HERMOSO, BELLO
NO SE QUE MAS DECIR, MIL GRACIAS
MILES DE GRACIAS AMIGOOOOOOOOOOOOOO!!!.-
TENGO UNA SOLA PALABRA
MUCHAS GRACIAS AMIGO!!!!!!.-
hermoso poema besos besos poeta.
Amigo,muy hermoso..estoy fascinada...con el poemarío...
Me encanto...soy una adicta...
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