Ya estoy verdaderamente harto de gente que no sabe relacionarse o le falta un mínimo de educación necesaria para mantenerme interesado. Está bien confiar hablando sobre temas tan triviales como sexo, pero cuando no puedes conversarme sobre nada más, mereces ser eliminado y/o bloqueado.
Yo no tengo sexo sintiéndome obligado, por hacer un favor o para salir del paso y menos con alguien que ni siquiera me atrae.
¿Qué les hace creerse con derecho de insistir tanto si notan mi indiferencia? Cuando me dicen cuáles son sus prácticas íntimas y no se interesan siquiera en saber cómo estuvo mi fin de semana u olvidan hasta saludarme, se ganan un viaje directo al país de Nunca Vuelvas.
Más aún si no me conocen y cometen el garrafal error de ordenarme "Te quiero bien bañadito", como si tuviese proxeneta, se descalifican automáticamente.
No necesito estar con gente grosera y desagradable para pasar un buen rato íntimo. Es más, sería todo lo contrario.
Mi verdadera equivocación fue creer que estaba tratando con una persona adulta, pues le di mi número telefónico móvil y sólo ahora caigo en cuenta de cuan básica es su mentalidad o dicho del modo más simple: su conversación se limita al catre y el calzoncillo.
Durante todo este día he recibido llamadas suyas sin contestar ninguna, pese a haberle respondido un grosero mensaje suyo en Facebook dándome motivos sobrados para eliminarle y bloquearle.
Antes fui bastante claro exponiéndole cuánto me molestó su forma de imponerse en plan "¡Llame ya!", sin al menos saludarme primero. No soy un puto para presentarme cuándo, a la hora y cómo diga dispuesto a follar, pues le di muchas oportunidades para demostrarme si acaso sabía hablar de otros asuntos y fracasó rotundamente.
He aprendido a deshacerme de quienes no me aportan en nada u ofenden gratuitamente. Es probable que no se den cuenta, pero tampoco quiero asumir los costos del escaso roce social.
Sin embargo, es aún más molesto que habiéndome despedido en mi respuesta con un categórico "No me llames más. Esto no funcionó", sea tan insistente. Por favor, ten dignidad, desiste y déjame tranquilo.
Nadie puede pretender gustarme si apenas le conozco, nos hemos escrito poco o me ofende.
Por otro caso que ninguna relación guarda con éste, puedo decir cuánto me molesta también el tono pedante para rechazarme si se sienten objetos de mi deseo por un simple saludo o conversación. Es lo ocurrido al atribuirles un significado erróneo a mis palabras.
Pero volviendo al tema, una persona puede despertar mi interés si parece ser atractiva, pero la insistencia grosera mata las pasiones de cualquiera. Tal vez ustedes piensen lo mismo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario