«Quien no conoce Estambul, no conoce el amor».

Yahya Kemal Beyatlı.

Comenta en este blog

Selamünaleyküm: No olvides dejar al final de cada artículo tu comentario para el autor de este humilde blog que acabas de leer. Tus opiniones serán tomadas en cuenta para mejorar el contenido en la forma y el fondo.

Si esperas respuesta a tu comentario, debes buscarla dentro de la misma sección del artículo que comentaste. Gracias. Selam.

Carlos Flores Arias – Yahya.

Escritor chileno.

Sobre Facebook

Por favor, si me agregas a Facebook, envíame un mensaje privado diciendo que has visto mi blog, para saber dónde me encontraste. De lo contrario, tu solicitud podría ser rechazada por seguridad. Muchas gracias por tu comprensión.

miércoles, 12 de enero de 2011

Mi posible viaje a Estambul

Artículo escrito para folleto de Fitur.

Aunque no lo he querido divulgar a los cuatro vientos, basado en el hecho de que un proyecto suele estropearse si hablar demasiado sobre ello, cabe la posibilidad de viajar a Estambul durante junio próximo, junto a una socia del grupo Tarkan Fans Chile. Con esto, cumpliría mi segundo sueño tras ser escritor publicado desde 2009. ¿Pero por qué es interesante ir a esa ciudad?
Quien me conoce sabe que soy admirador de Tarkan, hasta el punto de presidir el grupo y además, escribo bastante sobre aquella urbe aún sin haberla vivido personalmente. ¿Y cómo puedo hablar tanto de Estambul sin conocerla? Pues, porque con internet es casi imposible desconocer este mundo u otros.
A decir verdad, muchas personas me han orientado sobre costos de transporte, sitios turísticos interesantes y hospedaje. Pero eso es para un turista. Yo soy más bien, un viajero que hasta ahora usa la imaginación y el teclado, pero pronto si Dios quiere, agarraré mi mochila con cuatro trapos y partiré a la ciudad más bella del mundo.
Polis griega, capital del imperio romano occidental, el otomano y desplazada por Ankara al declararse la República de Turquía por Mustafa Kemal Atatürk el 29 de octubre de 1923, Estambul ha sido siempre considerada de gran importancia. Tan sólo en 2010 fue asignada como Capital Europea de la Cultura (además de Pecs en Hungría y Essen en Alemania), nombramiento por demás merecido considerando la historia e influencia que desde allí se ha ejercido sobre el orbe.
Estambul es la castellanización del nombre turco İstanbul, que a su vez proviene de los términos griegos eis tin poli (pronunciado como is tim boli) del griego clásico eis tên Polin, que se traduce ‘en la ciudad’ o ‘a la ciudad’ por ser el corazón del mundo helénico bizantino.
Durante distintos períodos históricos y aún hoy en muchos aspectos, Estambul ha sido estimada como la ciudad más bella, grande y cosmopolita de Europa, mucho antes de serlo París o Milán. En tiempos medievales los cruzados y sarracenos se disputaron su dominio básicamente para utilizar su estratégica ubicación, entre dos continentes donde además, hay tres mares.
Sí, es cierto que mucho se habla de otras capitales europeas o incluso sobre Nueva York, pero el legado estambuleño de antaño bien le merecería titularse como la Primera Gran Manzana. Es la más condensadamente habitada ciudad turca por su gran tamaño y aunque tiene un régimen musulmán laico, también posee carácter cosmopolita debido al altísimo índice turístico anual y por ser capital económica.
No obstante la occidentalización, el turista siempre debe tener presente que se encuentra en tierras desconocidas donde existen otras costumbres y modos de vida. Es aconsejable no sólo documentarse mediante internet sino también, en lo posible, pedir asesoría a algún amigo osmanlí que pueda orientarle sobre diversos aspectos.
Lo digo porque mucha gente que ha visitado Estambul me llena de consejos útiles y aunque no he revisado la web, es inestimable saber por ejemplo:
  • Que se debe separar el dinero en distintas monadas (euro, dólar y nueva lira turca) así como también en monederos diferentes, pues el euro se parece a la nueva lira y los turistas suelen confundirse.
  • Dependiendo de la divisa, comprar con nuevas liras turcas puede ser muchísimo más conveniente que usar euros o dólares.
  • Paulina, mi acompañante, tiene las obvias preocupaciones de una turista en tierras distantes. En cuanto a vestimenta, los pantalones cortos y los escotes muy pronunciados no son recomendables. Para visitar las mezquitas, es necesario cubrirse la cabeza con un pañuelo.
  • Además, se debe usar calcetines para ingresar a las mezquitas o en su defecto, entrar descalzo. Algunas proporcionan pantuflas, que le he visto a Karina en fotos de su viaje.
  • En internet leí, aunque no lo he confirmado, que juntar el pulgar y el índice para hacer la señal de OK en Turquía, es llamar a alguien “invertido”.
  • Rentar un departamento en grupo, de las múltiples ofertas existentes, puede resultar mucho más barato e incluso cómodo que hospedarse en hoteles u hostales. De hecho, así puede uno disponer libremente de los espacios.
  • Comercio, sitios de interés, horarios de atención en ellos y transporte son temas en los que resulta bueno complementar la información de guías, agencias y conocidos, especialmente si alguien nos espera allá.
Podría hablar en este artículo sobre los más de cinco mil sitios turísticos para conocer y disfrutar, como el harén del Palacio de Topkapı. Mencionaría también la belleza que tanto he oído, visto o leído en testimonios, fotos, videos, películas y documentos como el film "Un toque de canela" o las memorias "Estambul. Ciudad y recuerdos" del Premio Nobel de Literatura en 2006, Orhan Pamuk. Seguramente no diría nada nuevo, distinto a lo ya dicho durante milenios; pero me resulta más significativo e importante dejar a un lado lo obvio, considerando cuan corto se hace el tiempo más largo recorriendo esta parte del planeta.
Es evidente que aún me queda mucho por hacer: pasaporte, pasajes, maletas, itinerario y control con mi diabetóloga para cualquier asunto médico… Aún más falta por aprender. Empero, todo es parte de mi odisea particular.
Sin embargo, viajar a Estambul es mi sueño y en cierta medida, nuestros sueños son parte de nosotros mismos, no algo extraño. Por tal razón, está dentro de mi alma. Bien podría decir que me siento como Ulises cuando regresó a su amada Ítaca, porque la espera ha sido larga y el anhelo quizás parezca demasiado pero cuando esté allí, seguro habré llegado a mi destino.
No estaré conociendo esta ciudad, sino reconociéndola. Si Dios quiere, dentro de muy poco tiempo podré saber con certeza por qué me parece más romántico observar un atardecer enmarcado por las hermosas mezquitas de la silueta estambuleña, que pasear en góndola por los canales venecianos o cenar observando la torre Eiffel en París.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnífico!!, la forma como describís a Istambul,,,Carlos.., no esperaba menos de vos,,,
Felicitaciones...

victoria dijo...

Maravillosa descripcion de una ciudad maravillosa.Carlos espero tu estancia alli sea todo lo gratificante que esperas y veras que no te decepcionara ni la ciudad ni por supuesto sus gentes.Un abrazo.

Gracias por tu visita

Si llegaste a este blog y lo leíste, agradezco que me dedicaras un poco de tu tiempo.

Asimismo, te invito a dejarme tus comentarios, sugerencias, peticiones y críticas constructivas en los posts.

Por último, si te agradó, puedes añadir un vínculo de La Pluma Dorada en tu página web, blog, fotolog o espacio personal y así, colaborar al crecimiento de este humilde rincón. También te invito a convertirte en seguidor.

Espero tenerte de regreso; siempre serás bienvenido. Hasta pronto.

Yahya. Carlos Flores A.
Escritor chileno.