Por fin tengo mi nuevo diario íntimo (günlük) que además, este año registrará mi viaje a Turquía. Deberé controlarme un poco al escribir, para hacer rendir las páginas, pero anotaré todo lo importante.
Bendito corrector, porque me ha tocado hacer pequeñísimos borrones cuando no se me nota la letra, pero ahora escribo con un clásico lápiz negro BIC, pues ya aprendí que la tinta gel se corre y luego queda como un horrible manchón.
Es un cuaderno Tornasol de Torre color celeste, al que le pegué en la portada un autoadhesivo de la bandera turca que Karina Züleija me trajo de su viaje a Estambul.
Tal vez deba restringir mis anotaciones. Se trata precisamente de no escribir supuestos y evitar aquellas entradas sensibleras que a ninguna parte conducen por ser meramente especulativas. Quizás muy ocasionalmente pueda desahogar mis pensamientos, pero concentrándome siempre en los hechos concretos. Por otro lado, el diario íntimo se ideó para redactar todo aquello que no podemos confesar abiertamente porque la gente implicada podría ofenderse. Sin embargo, a veces pienso y siento tantas cosas que bien podría llenar el diario en apenas un mes.
Sr. L por ejemplo, dice que soy sensible, pero refiriéndose a mi temperamento quisquilloso y en alguna oportunidad me ha llamado insufrible. Bueno, si leyera mis diarios anteriores del tiempo cuando recién le había conocido, se daría cuenta de que mi sensibilidad va por otro lado. Soy escritor y como tal, mi capital son las emociones.
Aún así, en su caso particularmente, no hay mucho que pueda escribir sin habérselo dicho antes del modo más transparente posible, sólo algunos detalles.
Empero, con otras personas y por protección emocional, muchas veces prefiero cerrar la boca e incluso no gastar tinta
De todo esto lo mejor es que un diario te permite escribir lo más disparatado sin sentir culpa, porque es íntimo y nadie puede reclamarte por sentimientos o pensamientos. Más aún, el sentido común dice que si siento o pienso sobre alguien, es porque esta persona dio pie a ello con actitudes.
En ese aspecto, soy bastante autocrítico escribiendo mi diario, especialmente cuando reconozco mis errores y obsesiones.
Pero en este cuaderno lleno de borrones, donde seguramente aparecerán nuevos personajes, lo principal será registrar cómo se cumple mi sueño de recorrer Estambul y todo lo demás, es el relleno que matiza los sabores de mis vivencias.
Estamos recién en febrero. Éste deberá ser un año en llamas, como me dijo Pablo Salvador, pues además de viajar también me propongo publicar otro libro y especialmente vivir el amor, no sólo tener sexo. Seré feliz si puedo cumplir la primera y tercera meta.
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