Hay momentos de la vida en que uno mismo deja de ser importante y cobran mucha relevancia aquellos a quienes se ama. Entonces, el du'â que antes hacías para tu propio beneficio pasa a segundo plano y comienzas a hacer uno por alguien más, no necesariamente porque esa persona esté mal sino simplemente porque quieres su bien.
Ahora que estoy con neumonitis, entiendo que puedo pedirle a Allah por mi propio bienestar, pero aún así importa más el prójimo. En ese momento comprendes la naturaleza significativa del amor que no puede explicarse, porque su expresión es la acción misma, desde un du'â hasta la entrega.
Sólo ahora puedo entender que el importante es quien tengo al lado. Más aún si despierta un noble sentimiento. Entonces, la palabra se convierte en proceder y la preocupación en ocupación.
No es un asunto exclusivo de las religiones sino de cuánto amor sentimos por otros, que nos motiva a suplicar por ellos.
Ya no importan los bienes materiales, el consumismo, los sentimientos egoístas impulsados por el deseo o la envidia. Sólo importan las personas que queremos y su bienestar. Si el otro está bien, yo lo estoy.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario