«Quien no conoce Estambul, no conoce el amor».

Yahya Kemal Beyatlı.

Comenta en este blog

Selamünaleyküm: No olvides dejar al final de cada artículo tu comentario para el autor de este humilde blog que acabas de leer. Tus opiniones serán tomadas en cuenta para mejorar el contenido en la forma y el fondo.

Si esperas respuesta a tu comentario, debes buscarla dentro de la misma sección del artículo que comentaste. Gracias. Selam.

Carlos Flores Arias – Yahya.

Escritor chileno.

Sobre Facebook

Por favor, si me agregas a Facebook, envíame un mensaje privado diciendo que has visto mi blog, para saber dónde me encontraste. De lo contrario, tu solicitud podría ser rechazada por seguridad. Muchas gracias por tu comprensión.

jueves, 13 de marzo de 2014

Un consejo para Naty o aceptarse a sí mismo

Bismillah.
Nuevamente recibí un comentario en la entrada Haygente que nace para estar sola. Esta vez es de una chica llamada Naty que dice: «hola soy Naty y no todas las personas nacen para el amor. Yo no nací para el amor. Jamás me casaré, me quedaré soltera para siempre porque no soy tan linda y no he encontrado pareja que me haya gustado en mi vida». Corregí las faltas ortográficas para facilitar la tarea del traductor en línea.
Me doy cuenta de que generalmente son mujeres, tal vez adolescentes o muy jóvenes, quienes comentan mis entradas casi tan desesperanzadas como yo. Chicas: su soltería perenne no es un problema de belleza física o la falta de ésta. Es más bien un asunto de actitud frente a la vida y que uno tiende a fracasar en sus relaciones, de todo tipo, por repetir patrones conductuales tales como siempre enamorarse de la persona menos indicada o idealizar a la pareja de turno y no aceptarla tal como es.
En mi experiencia y por casos que he conocido de cerca, cuando uno asegura que se quedará solo o que nunca más en la vida se enamorará, acabamos enamorándonos ni bien terminamos esa frase. Uno no puede saber lo que ocurrirá más adelante o si conoceremos a alguien que sí se fije en nosotros más allá de las apariencias.
Si constantemente nos involucramos con gente que sólo se fija en el cascarón, obviamente saldremos mal parados porque desde antes nosotros mismos nos consideramos poco agraciados. En este mundo y desde un punto de vista bastante terrenal, ¿quién nos querrá si no nos queremos a nosotros mismos?
En lugar de concentrarnos tanto en los defectos físicos que podamos tener, deberíamos focalizarnos en potenciar nuestras capacidades generales y particulares, como seres humanos integrales: la inteligencia, la simpatía, la sensibilidad en todo sentido y cualquier cualidad que Allah (swt) nos haya dado.
No hablo sólo de nuestras relaciones amorosas, que algunos desarrollan con bastante más prontitud que otros. Hablo también del crecimiento emocional integral. ¿Cuántos de ustedes han descuidado amigos y familia cuando tienen pareja? Casi todos, me atrevería a decir sin temor a equivocarme.
Tendemos a sabotear nuestras propias relaciones para justificar a veces una soledad a la cual estamos más acostumbrados; tanto, que sin quererlo nos hace sentir cómodos.
Alimentar un afecto de cualquier clase implica ejercer una tolerancia constante, que a veces no tenemos, para empatizar con el otro e intentar dejar a un lado los juicios valóricos. Quizás lo más difícil de las relaciones interpersonales sea aceptar al otro individuo como un igual y desde allí, disculpar sus errores y defectos además de sólo quedarnos con sus aciertos y virtudes.
El fracaso en nuestras relaciones suele ocurrir porque somos dictadores imponiendo la idealización de un individuo, afecto o situación determinados. «Me gustaría que fuese diferente». Tendríamos más éxito si sólo aceptáramos las cosas y personas como son.
Para que me entiendan, pondré un ejemplo de lo más simple. Siempre he sido moreno y aunque guapo, no llego a tanto como un modelo de Calvin Klein. Sin embargo, puede haber personas a las cuales les simpatizaría más siendo rubio. ¿Por qué debo cambiar mi aspecto para ganar el afecto de alguien? Si algo o alguien siempre ha sido de un modo y no ha representado problema alguno, quiere decir que está bien como es. La persona que no te acepta tal como eres, no puede estar contigo sino que debe conformarse con ese personaje idealizado que está en su mente, intocable e inalcanzable porque es ficticio.
A veces nos empeñamos en mantener con nosotros a personas que no nos aceptan como somos y no los dejamos ir. Debemos aprender a lidiar con nuestros apegos emocionales y distinguir entre la muchedumbre a quienes deban quedarse. En ese sentido Naty, ocasionalmente pecamos de malagradecidos porque no valoramos al que tenemos desde siempre, lo descuidamos a favor de quien nos rechaza.
Cuando tenemos una relación de ese tipo, ambas partes idealizan al otro y muchas veces, cometemos el error de creer nuestra propia mentira sobre el compañero o la compañera antes que aceptar su verdad, a quien realmente es. Seríamos más felices si hiciéramos desde el principio lo segundo. Existen aquellos que permanecen solos porque viven buscando la pareja ideal, pero en este mundo la perfección no existe.
Si aceptas cambiar en nimiedades por la aprobación de alguien, más adelante deberás aceptar cambios mayúsculos hasta que un día, te mirarás al espejo y no reconocerás el reflejo en tanto, seguirás sin ser aceptada por quien quiso transformarte. ¿Merece la pena?
Podemos tal vez cambiar características como el malgenio, para evolucionar como seres humanos. Pero de ahí a ser completamente distintos porque hubo quien nos rechazó siendo auténticos… Ésas ya son palabras mayores. Todos hemos vivido que para gustarle a un individuo, nos despersonalizamos adoptando su modo de ver la vida y comienza a gustarnos su equipo de fútbol o le damos la razón en todo cuanto dice. Sólo cuando nos desenamoramos recobramos nuestra verdadera identidad y vemos lo estúpidos que fuimos.
Tal vez Naty, lo que necesites sea mirarte a ti misma y comenzar a apreciar más las cualidades que tienes, aquellas que tus seres queridos valoran también y por las cuales están contigo. Con perdón, pero es demasiado egoísta quedarte encerrada en un convento porque un descriteriado te hizo creer que no eres linda. ¿Y él qué sabe? Posiblemente lo que le pareció feo, otra persona lo vea hermoso. ¿Te vas a quedar encerrada dejando que otro te diga cómo debes pensar de ti misma? No le des ese derecho de arruinarte la vida.
Existe toda una corriente psicológica afirmando que cuando alguien te critica un defecto, en realidad está viendo reflejada en ti alguna carencia suya. Dime de lo que te afanas y te diré de lo que careces, básicamente.
El mundo está lleno de personas y sin importar cuánto te equivoques eligiendo amistades o buscando pareja estable, inevitablemente y si Allah (swt) lo permite, acabarás encontrando gente que quiera estar contigo, con aquella que realmente eres.
Si nos quedamos encerrados por temor a enfrentar nuestras limitaciones muchas veces inventadas, somos desagradecidos con Allah (swt) al desaprovechar los dones que Él generosamente nos da. Tal vez has tenido malas experiencias buscando el amor, pero si no dejas que la persona indicada se beneficie de tus dones, estás privando a alguien de ser mejor como persona sólo por conocerte. Además, por mucho que reniegues del amor o quieras quedarte sola, si Allah (swt) tiene otro destino para ti, no podrás evitarlo.
Así que sal fuera y no malgastes tu vida amargándote. Todos tenemos algo qué entregar. Elhamdulillah, yo lo hago a través de la escritura y tú sólo debes dejar aflorar ese don particularmente tuyo.
A todos: cuando lo intenten y vean los resultados, escríbanme para saber qué tal les fue.

No hay comentarios.:

Gracias por tu visita

Si llegaste a este blog y lo leíste, agradezco que me dedicaras un poco de tu tiempo.

Asimismo, te invito a dejarme tus comentarios, sugerencias, peticiones y críticas constructivas en los posts.

Por último, si te agradó, puedes añadir un vínculo de La Pluma Dorada en tu página web, blog, fotolog o espacio personal y así, colaborar al crecimiento de este humilde rincón. También te invito a convertirte en seguidor.

Espero tenerte de regreso; siempre serás bienvenido. Hasta pronto.

Yahya. Carlos Flores A.
Escritor chileno.