Foto: Museo de Santa Sofía, Estambul.
Podría hacer un balance
de 2014 como los que se acostumbra escribir en las redes sociales, pero me
niego a ventilar públicamente mi vida privada. Toma apenas cincuenta y seis
segundos saludarme y preguntar cómo estoy; quien realmente quiera saber de mí o
le interese, siempre puede escribirme, llamarme y hasta visitarme si el tiempo
se lo permite.
En el terreno
profesional, inşAllah espero publicar mi novela Síndrome de Estambul a más
tardar en noviembre del próximo año. Ya tengo listas las correcciones que me
solicitaron para marzo en la editorial y lo hice antes de acabar diciembre. No es
porque lo diga yo, pero eso es eficiencia. ¿No les parece?
Ahora debo ver si puedo
cambiar un detalle, sólo uno, y quedaría prácticamente listo el trabajo. No se
apuren, la historia queda exactamente igual, contando lo más importante ocurrió
durante mi viaje a Turquía en 2011 y mucho más, incluyendo la reunión con Tarkan cuando yo era presidente de Tarkan Fans Chile Club Oficial, aunque pueda haber gente
asustada –con razón– y otra contenta. En este sentido, estoy cumpliendo una
promesa que comenzó cuando escribí la primera letra y culminará con la publicación,
si Allâh (swt) lo permite.
Ya escribí la
última página del diario íntimo que llevaba y aunque todavía no decido en qué
cuaderno o soporte continuar el próximo año, si Allâh (swt) me da vida, lo que
quiero es dejar atrás las desgracias del funesto 2014 e intentar superar todo
en 2015.
A quienes están
ahí para mí, correspondiendo mi cariño, gracias. Ustedes saben quiénes son.
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