Foto: La actriz Delfina Guzmán en uno de los posters de la campaña gubernamental para prevenir el cáncer de mama.
Bueno, yo no soy
de aquellos que ventile su vida privada, principalmente porque antes lo hice y
tiene un altísimo costo emocional. Sin embargo, hoy he visto parte de las
declaraciones que la actriz Delfina Guzmán hizo recientemente para una
entrevista concedida a Radio ADN, donde asegura «Escucho un comentario
adverso y soy comunista pero católica, cosa que no me complica para nada.
Entonces le rezo a la Virgen del Carmen, que es una reina para cumplir las
mandas –qué cabra más buena persona– y a la Teresita de los Andes, para que les
dé cáncer a los que pelen a Nicolás», refiriéndose a las críticas hechas contra
el Ministro de Educación, señor Nicolás Eyzaguirre, quien es además su hijo. A esto,
añade «Así que el primer cáncer que aparezca es porque yo le he rezado y he
pedido a la virgen que le dé por bruto, mal educado, por incomprensivo y
ordinario».
No daré nombres para evitar exponer públicamente
a las personas afectadas, pero detallaré mi experiencia. Cuando era pequeño, una
parienta cercana y amada fue tratada de un cáncer cervicouterino. Elhamdülillah, hoy es sobreviviente,
luego de haberse sometido a una compleja cirugía y radioterapia en aquellos
años.
Mis abuelos paterno y materno fallecieron de
cáncer. El último fue afectado por uno prostático y a pesar de que le dieron
sólo un año de vida, estuvo catorce luchando contra esta maldita enfermedad.
El suegro de mi hermano también falleció hace
pocos años de este padecimiento, habiéndose tratado con muchos medicamentos
paliativos que le daban para combatir las consecuencias de no tener dinero para
un mejor tratamiento.
Una muy querida amiga de mi madre tuvo cáncer
mamario y además de operarse, tuvo ciclos de quimioterapia y radioterapia,
porque estuvo a punto de morir. Elhamdülillah también sobrevivió
milagrosamente. Por su parte, ella tuvo una hermana que falleció por este mal y
otra descubrió padecerlo justo a tiempo, pudiendo prevenirlo.
¿Les parece suficiente? Pues el año pasado un
hermano de la Mezquita cayó hospitalizado y le descubrieron cáncer de médula
ósea, también conocido como mieloma múltiple, además de leucemia. Elhamdülillah
se recuperó del segundo, pero ha perdido al menos trece centímetros de estatura
porque se quebró al menos seis costillas y la columna en dieciocho partes.
También el año
pasado alguien próximo y muy querido fue diagnosticado con cáncer aunque prefiero ser discreto y no especificar de qué tipo, provocando el sufrimiento de todos quienes
le conocemos. Rogamos a Allâh (swt) que haga un milagro y lo sane. Amin.
A pesar de ser
musulmán y saber que sólo Allâh (swt) es el único Dios verdadero, respeto todas
las religiones porque me gusta ser respetado. Empero, me da lo mismo si la
gente le reza a vírgenes o santos. Y a pesar de esto, no puedo entender que
alguien se pavonee de pedir que una persona sufra esta nefasta enfermedad por
razones tan irrelevantes.
Para empezar, un
personaje público debería asumir como parte de su labor el recibir críticas,
sean éstas constructivas o no. Es una fracción del costo a pagar.
Pero es realmente
terrible que en esta sociedad inmunda, corrupta, capitalista y degenerada –hablo
en términos globales y no de un país o gobierno específico– en pleno siglo XXI,
todavía exista quienes sean incapaces de empatizar con el dolor ajeno en
circunstancias tan funestas como las descritas en párrafos anteriores y además,
se refugie en la religión –cualquiera sea– para justificar sus dichos.
Y aun más, me
parece gravísimo a ultranza que el gremio de actores, malamente representado
por algunos rostros, apoye estas declaraciones con argumentos tan absurdos como
«Todos sabemos que Delfina es irreverente y hay que entenderla, porque una
madre defiende a su hijo con uñas y dientes». Pocas veces concuerdo con el
señor José Miguel Villouta, periodista de profesión y panelista del programa
televisivo Intrusos de La Red, porque sobre todo no soporto sus opiniones en
contra de los turcos, un caso aparte. Sin embargo, hoy tenía razón al decir que
los actores son representantes muy importantes de un país en el plano cultural
e intelectual y como tales, deberían meditar más sus expresiones en asuntos tan
serios.
Ciertamente es vergonzoso
que en este país a ciertos personajes se les justifiquen desmadres sólo porque
son ellos y además, se les premie la irreverencia. No debemos olvidar que en
años anteriores la señora Guzmán participó en una campaña publicitaria de
prevención del cáncer, donde muchos personajes públicos eran fotografiados
calvos. Algo de muy mal gusto, chocante y como es esperable en la publicidad
chilena, sin el efecto esperado. Es inconsecuente.
Ahora bien, porque
no me chupo el dedo, sé que esto podría ser un desesperado intento mediático de
hacer polémica donde nadie más se fija, convirtiendo en tema país algo que sólo
nos importa a quienes hemos vivido el cáncer de cerca, lo que no es menor. Pero
en una sociedad tan indolente como ésta, si no experimentas la situación en
carne propia, poco o nada te importa lo sucedido al prójimo.
Así es como actualmente
un programa de farándula deja a un lado los temas frívolos que siempre lo
hicieron sustancioso a ojos de telespectadoras, para convertirse en el
vigilante que denuncia públicamente los escándalos y desatinos de figuras que
otrora se llevaban sus galardones.
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