En el nombre de Allâh, el Misericordioso, el
Compasivo, hemos llegado por Su bendición a un nuevo Ramadân. Desde hoy y por
un mes los musulmanes tendremos la oportunidad de acercarnos más a Él y
expresarle nuestra adoración.
Por mi parte, agradezco que me haya dado vida
para otro Mes Bendito, si bien durante el último tiempo he tenido muchas
lamentaciones. Sin embargo, confío en que me consolará y ayudará a resolver los
problemas que recientemente y durante un año me han afligido.
Él nos da muchas ocasiones para darnos cuenta
de Sus favores y misericordia, pero Ramadân es en sí mismo una gran ocasión
para ser mejores personas y musulmanes, lograr la complacencia de Allâh (swt) y
aprender del ejemplo de Su Profeta y Mensajero (saws).
He aprendido que de nada sirve perseguir la
admiración y complacencia de los seres humanos pues con excepción de la
familia, la mayoría te traiciona o decepciona, a veces incluso
involuntariamente porque los humanos somos imperfectos y vivimos en el error. Allâh
(swt) en cambio, nunca nos defrauda porque nos conoce hasta el punto en que
nosotros mismos ignoramos y tolera mucho más que cualquiera.
Desde que acepté ser musulmán, entendí que
pretender obstinadamente mis egoístas objetivos no sólo me traía sufrimiento
sino que además, en la medida de no empatizar con otros, también causaba dolor
al resto. Ésta es sólo una de las muchas bendiciones que Allâh (swt)
generosamente me ha dado y sin ser superior a los demás en nada sino muy por el
contrario, me alegro de tener un propósito y no sentirme como antes, ajeno en
todas partes.
Que en este auspicioso Ramadân, Allâh (swt)
nos facilite a todos el camino, perdone nuestras faltas, nos ayude a resolver
lo que deba tener solución, acepte cada legítimo acto de adoración sincera y tolere
las limitaciones que tengamos. Amîn.
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