Ésta más que una columna de opinión o editorial del blog, debería ser catalogado como proclama. Dados los últimos acontecimientos en relación a la separación del futbolista Manuel Neira y la modelo Pamela Díaz, debí ver casi todos los programas televisivos de farándula y espectáculo para decir esto: sinceramente, el caso me repulga.
No es que otros sucesos de farándula nacional me parezcan más respetables, pues definitivamente no lo son. Antes critiqué la cobertura mediática a Cecilia Bolocco y Luciano Marocchino, también en duros términos. Pero esto…, esto, merece un asqueo especial.
Comprendo que “S.Q.P.” quiera levantar su alicaída imagen con este caso, sobretodo después de que algunos de sus propios panelistas protagonizaran las polémicas; y es que ello es similar a ver predicar contra la lujuria a un sacerdote pedófilo. Sin embargo, me resulta patético llegar al extremo de preguntarle a un tarotista como Alejandro Ayún qué ocurrirá más adelante.
Espero no tener que arrepentirme de decir esto, pero la farándula es una mierda en toda regla. El pasado viernes “Primer Plano”, programa que también se ha visto directamente relacionado en escándalos protagonizados por Pamela Díaz, hizo gala de toda su artillería investigativa maliciosa al entrevistar a supuestos amantes de ambos cónyuges.
Los llamo así para no cometer redundancia, pues todo parece indicar que la fastuosa ceremonia religiosa y posterior fiesta fueron una farsa, montada para satisfacer los costosísimos caprichos de Díaz en relación a casarse con quien ya ha compartido una década de su vida. Si mal no recuerdo, y corríjanme si me equivoco, sólo la tiara costaba seis millones de pesos…, una nimiedad para este vomitivo mundillo.
Como decía antes, “Primer Plano” llevó a dos muchachas que afirmaban haber sido amantes del futbolista, mientras la modelo se encontraba recluida en el reality show “La Granja VIP” de Canal 13. Una de ellas, rancagüina de procedencia, fue incapaz de responder certeramente si había mantenido un amorío o siquiera pudo besar a Neira; mientras que la otra, de nacionalidad argentina, al ser interceptada en el aeropuerto afirmó que incluso tuvo relaciones sexuales con el deportista, en la misma cama donde dormía con La Fiera Díaz.
Un detalle es que al revelarlo la primera vez hace un tiempo, esta modelo trasandina fue capaz de describir la decoración de la habitación, puntualmente un reloj en la mesa de noche. Más claro, echarle agua. Pero me parece bizarro.
A Díaz en cambio, se le adjudica un supuesto romance con el también modelo, Patricio Laguna, cuyos sórdidos encuentros sexuales habrían tenido lugar en el domicilio de DJ Black. ¿Ven por qué me parece repulsivo?
Si hasta Pamela Jiles, polémica periodista desterrada del panel de “S.Q.P.”, hizo declaraciones a un diario nacional afirmando que su tocaya estaba actualmente acompañada de un político. Vamos, que eso ya es surrealista. ¿A quién mierda le afecta realmente, además de ellos y sus hijos, que se separen o tengan amantes?
Hay quienes opinan que los programas de farándula son necesarios para entretener al público. Claro está que son personajillos con intereses creados, que trabajan en estos espacios o protagonizan los estúpidos escándalos. Extraño aquellos días de “Almorzando en el 13” o incluso, “La entrevista de Raquel Correa”, que si bien eran aletargados, tenían un contenido de verdadera contingencia nacional.
Pese a ello, poco a poco quedaron obsoletos porque sus panelistas o conductores envejecieron, dejando libre un espacio que fue nefastamente llenado por las nuevas generaciones mediáticas, traedoras de esta peste denominada farándula, aniquilando cualquier posibilidad de que la televisión vuelva a su calidad anterior, llenando la pantalla con cabezas tontas y trepadoras, infectando a programas que antes eran buenos pero cada vez bajan más su nivel, como es el caso de “En Boca de Todos”, transmitido por Canal 13.
Si bien al principio el fenómeno de la farándula podía considerarse un cáncer mediático, ahora es el V.I.M. o Virus de Inmunodeficiencia Mediática, porque a estas alturas parece no tener remedio y parece propagarse cada vez más. No es como en España o Argentina, porque aquí se le quita el poco glamour que podría tener.
Antes sólo era revelar las fotos de Fabricio desnudo para una revista gay brasileña, pero ahora se toman la libertad de brindarle importancia que no tienen a quienes comparten la cama con aquellos famosos, que usufructúan con el morbo. Son increíblemente inconsecuentes, diciendo que no harán declaraciones con respecto a su vida privada, pero después aparecen en cada espacio mediático llorando, acusando o amenazando con querellas y demandas.
Por favor, paren de inspirar lástima.
No es que otros sucesos de farándula nacional me parezcan más respetables, pues definitivamente no lo son. Antes critiqué la cobertura mediática a Cecilia Bolocco y Luciano Marocchino, también en duros términos. Pero esto…, esto, merece un asqueo especial.
Comprendo que “S.Q.P.” quiera levantar su alicaída imagen con este caso, sobretodo después de que algunos de sus propios panelistas protagonizaran las polémicas; y es que ello es similar a ver predicar contra la lujuria a un sacerdote pedófilo. Sin embargo, me resulta patético llegar al extremo de preguntarle a un tarotista como Alejandro Ayún qué ocurrirá más adelante.
Espero no tener que arrepentirme de decir esto, pero la farándula es una mierda en toda regla. El pasado viernes “Primer Plano”, programa que también se ha visto directamente relacionado en escándalos protagonizados por Pamela Díaz, hizo gala de toda su artillería investigativa maliciosa al entrevistar a supuestos amantes de ambos cónyuges.
Los llamo así para no cometer redundancia, pues todo parece indicar que la fastuosa ceremonia religiosa y posterior fiesta fueron una farsa, montada para satisfacer los costosísimos caprichos de Díaz en relación a casarse con quien ya ha compartido una década de su vida. Si mal no recuerdo, y corríjanme si me equivoco, sólo la tiara costaba seis millones de pesos…, una nimiedad para este vomitivo mundillo.
Como decía antes, “Primer Plano” llevó a dos muchachas que afirmaban haber sido amantes del futbolista, mientras la modelo se encontraba recluida en el reality show “La Granja VIP” de Canal 13. Una de ellas, rancagüina de procedencia, fue incapaz de responder certeramente si había mantenido un amorío o siquiera pudo besar a Neira; mientras que la otra, de nacionalidad argentina, al ser interceptada en el aeropuerto afirmó que incluso tuvo relaciones sexuales con el deportista, en la misma cama donde dormía con La Fiera Díaz.
Un detalle es que al revelarlo la primera vez hace un tiempo, esta modelo trasandina fue capaz de describir la decoración de la habitación, puntualmente un reloj en la mesa de noche. Más claro, echarle agua. Pero me parece bizarro.
A Díaz en cambio, se le adjudica un supuesto romance con el también modelo, Patricio Laguna, cuyos sórdidos encuentros sexuales habrían tenido lugar en el domicilio de DJ Black. ¿Ven por qué me parece repulsivo?
Si hasta Pamela Jiles, polémica periodista desterrada del panel de “S.Q.P.”, hizo declaraciones a un diario nacional afirmando que su tocaya estaba actualmente acompañada de un político. Vamos, que eso ya es surrealista. ¿A quién mierda le afecta realmente, además de ellos y sus hijos, que se separen o tengan amantes?
Hay quienes opinan que los programas de farándula son necesarios para entretener al público. Claro está que son personajillos con intereses creados, que trabajan en estos espacios o protagonizan los estúpidos escándalos. Extraño aquellos días de “Almorzando en el 13” o incluso, “La entrevista de Raquel Correa”, que si bien eran aletargados, tenían un contenido de verdadera contingencia nacional.
Pese a ello, poco a poco quedaron obsoletos porque sus panelistas o conductores envejecieron, dejando libre un espacio que fue nefastamente llenado por las nuevas generaciones mediáticas, traedoras de esta peste denominada farándula, aniquilando cualquier posibilidad de que la televisión vuelva a su calidad anterior, llenando la pantalla con cabezas tontas y trepadoras, infectando a programas que antes eran buenos pero cada vez bajan más su nivel, como es el caso de “En Boca de Todos”, transmitido por Canal 13.
Si bien al principio el fenómeno de la farándula podía considerarse un cáncer mediático, ahora es el V.I.M. o Virus de Inmunodeficiencia Mediática, porque a estas alturas parece no tener remedio y parece propagarse cada vez más. No es como en España o Argentina, porque aquí se le quita el poco glamour que podría tener.
Antes sólo era revelar las fotos de Fabricio desnudo para una revista gay brasileña, pero ahora se toman la libertad de brindarle importancia que no tienen a quienes comparten la cama con aquellos famosos, que usufructúan con el morbo. Son increíblemente inconsecuentes, diciendo que no harán declaraciones con respecto a su vida privada, pero después aparecen en cada espacio mediático llorando, acusando o amenazando con querellas y demandas.
Por favor, paren de inspirar lástima.
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