Para nadie es un secreto que me había comprado un nuevo diario íntimo. Planeaba comenzar a escribirlo el 1 de enero pasado con grandes acontecimientos. Sin embargo, a estas alturas ya debo cambiarlo por otro completamente virgen y empezar desde cero.
Cometí el error de usar un lápiz con tinta gel que se corre al menor estímulo dejando manchones-son unos mal pensados- y además, hice algo que no debía siendo escritor: dejarme llevar por las emociones sin cuidar la redacción. Como resultado tengo un cuaderno lleno de borrones, pésima caligrafía y expresiones redundantes..., indigno de mí.
Por último, desperdicié espacio anotando entradas irrelevantes cuando lo más prudente, dada mi muy probable aventura en Estambul, es ahorrar hojas para escribir durante el viaje.
Por todas aquellas razones el diario que escribí desde Año Nuevo se va al tacho de la basura y mis anotaciones serán transcritas a un nuevo cuaderno.
Sí. Es verdad que un auténtico diarista sólo escribe y no pretende ser el mejor redactor. También lo es que mediante sus letras revela su mundo interior y en gran medida, registra realidades.
Un detalle frecuente en los diarios íntimos es que al parecer, el velo de la fantasía tiene una extensión suficiente como para vestir la realidad, aún cuando pretendamos ser diaristas objetivos. Resuta inevitable.
Sí. Es verdad que un auténtico diarista sólo escribe y no pretende ser el mejor redactor. También lo es que mediante sus letras revela su mundo interior y en gran medida, registra realidades.
Un detalle frecuente en los diarios íntimos es que al parecer, el velo de la fantasía tiene una extensión suficiente como para vestir la realidad, aún cuando pretendamos ser diaristas objetivos. Resuta inevitable.
1 comentario:
Vaya, a veces los detalles como el bolígrafo que se utiliza pueden causar grandes desperfectos. Ya lo sabes por la próxima vez ^^
Un beso
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