«Quien no conoce Estambul, no conoce el amor».

Yahya Kemal Beyatlı.

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Carlos Flores Arias – Yahya.

Escritor chileno.

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jueves, 12 de febrero de 2015

La incultura del sexo

Anoche vi el programa La cultura del sexo en TVN porque mostrarían Estambul, pero jamás imaginé que serían tan prejuiciosos En primer lugar, este programa es muy arbitrario porque sólo quieren mostrar una parte de la realidad: la que a nosotros como país occidental y supuestamente desarrollado, nos incomoda. Para conocer la realidad de un país hay que consultar todas las opiniones y no sólo las que nos gustan; si yo quiero demostrar una teoría, debo ser imparcial y más en el caso de un trabajo periodístico, donde la premisa es ser objetivo, dejando a un lado mis opiniones personales, pues éstas obviamente influenciarían a mi público.
En segundo lugar y como siempre, los chilenos hacemos programas sobre sexo como si fuésemos eruditos. ¡Y no lo somos! Aparentamos ser progresistas y criticamos descarnadamente otras culturas como si aquí tuviésemos todo resuelto. Yo es que me pongo realmente malo cuando una chilena va a Turquía sin interiorizarse para nada en la cultura, tradiciones o religión y lo primero que dice es «Los turcos son muy machistas». Un ejemplo clarísimo es cuando una chilena critica que las turcas usen hiyab y ni siquiera le interesa saber cuál es el trasfondo de este código de vestimenta, porque como chilenos tenemos la maldita costumbre de creer que nada es bueno más allá de la Cordillera de Los Andes y por tanto, no nos interesa saber.
Siempre recuerdo el caso de Paulina, quien yendo conmigo a Turquía nunca leyó ni un folleto sobre cultura osmanlí y pretendía que los turcos no la mirasen raro si se paseaba con minifalda dentro de una Mezquita. «Yo soy una mujer occidental» decía, hasta que un buen día Hakkı D. fue a por ella al departamento que rentábamos en Aksaray y le ordenó ponerse pantalón largo antes de salir, pese al calor que hacía. Fue entonces cuando, por amor, Paulina agachó la cabeza y se sometió a la voluntad de su sultán particular, corriendo a cambiarse de ropa y de la mujer occidental tan independiente, no quedó ni el rastro
Donde fueres, haz lo que vieres. Es muestra de nuestra incultura criolla criticar otras realidades y creer que aquí no tenemos ningún problema. En lugar de criticar el hiyab turco, la mujer chilena verdaderamente feminista y no precursora del feminismo de bolsillo que siempre se ve, debería ocuparse de resolver la desigualdad sexual sufrida aquí. Nathalie Nicloux, animadora del programa, entrevista a mujeres turcas que ignoran qué es el clítoris y cuál es su función, pues allá los escolares no cuentan con clases de educación sexual en la malla curricular dada por el Gobierno; pero ocurre que aquí en Chile, teniendo dicha asignatura, tampoco sabemos nada al respecto. ¿Es apropiado extrañarnos tanto por la realidad foránea si nosotros estamos igual?
En tercer lugar, en ningún país la realidad es perfecta, así que cuando vean este video, por favor, por favor no se llenen de prejuicios absolutistas. Como dije antes, no podemos salir de Chile y pretender que en otro país la realidad sea igual que aquí. Un verdadero viajero debería ser capaz de abordar un avión dejando abajo las aprensiones culturales que lógicamente todos arrastramos. Es cierto que para mí fue muchísimo más fácil porque a diferencia de mis compañeras, en 2011 yo llevaba doce años investigando todo lo relacionado a Turquía y eso me ayudó bastante a adaptarme en situaciones que ellas consideraban chocantes. Sin embargo, considero irrespetuoso llegar a una parte donde somos extraños y exigir que los lugareños se adapten a nosotros.
En cuarto lugar, este programa no respeta en absoluto el punto de vista religioso, pues constantemente atribuyen a este factor los problemas sexuales existentes allá y considerando que en Turquía el Islam es parte fundamental de la cultura aunque se defina como Estado laico, no se puede decir que aborden una completa "Cultura del sexo", pues debieron investigar un poco más sobre el tema. El capítulo se titula Los tabúes del sexo en Turquía, o sea que desde el inicio le dan una connotación negativa, sin importar el respeto a la cultura turca conjuntamente. ¿Se entiende? Decir que los turcos son machistas por la religión es como afirmar que los chilenos somos ladrones porque nuestra raza es mala; además de ser dos afirmaciones completamente falsas e ignorantes, carecen de fundamento y generalizan metiendo a todo un país dentro del mismo saco, lo cual es producto del prejuicio. Entiéndase mi punto: alguien que viaja a cualquier país por una semanita no debe llegar hablando mal como si hubiese vivido allá diez años, menos aún si va para realizar un trabajo periodístico pues correspondería como comunicadores, hacernos responsables del efecto que sobre la opinión pública puede causar nuestra intervención en la información que damos.
El programa aborda incluso la difícil vida de un homosexual en Turquía, hablando sobre los crímenes de odio como si en Chile eso no sucediera. ¿Acaso nadie recuerda el emblemático caso de Daniel Zamudio? Y sólo es uno de muchos ejemplos, pero los medios de comunicación masiva no han cubierto otros porque sólo éste dio nombre a una Ley Antidiscriminación. Estamos de acuerdo en que Estambul no es un paraíso gay y allá la comunidad GLBTI vive mucha discriminación; no pretendo tapar el sol con un dedo. Sin embargo, ayer los programas de farándula y prensa escrita informaron sobre la demanda por manutención que Camila Améstica Merino interpuso contra su padre por no pagarle los estudios, pero hubo medios informando sobre una acción legal por homofobia. Tal vez en mi artículo de ayer no se entienda mi perspectiva, pero apuntaba a ser objetivo en el periodismo, no ser sensacionalista y menos si esto podría destruir una familia por exponer problemas íntimos.
¿A qué me refiero citando estos casos? Pues a que hablar de la discriminación contra minorías sexuales en otros países no contribuye en absoluto a la solución del problema allá ni aquí. Así mismo, criticar el machismo turco no significa que las mujeres chilenas estén a la par con sus contrapartes masculinas, en el plano laboral por ejemplo. Y por último, me parece ruin que se atrevan a criticar la supuesta inexperiencia amatoria de un hombre turco promedio, como si los chilenos fuésemos grandes amantes; conozco por ahí compatriotas que en media hora han tenido tiempo hasta para cambiar las sábanas de la cama después del acto sexual, así que en Chile no somos toros y además, algunas mujeres chilenas sufren anorgasmia porque hasta hace poco los hombres perdían la castidad en manos de prostitutas y éstas, obviamente no enseñaban en una hora cómo satisfacer realmente a las féminas.
Para terminar, sólo les diré que con este artículo obviamente quise defender a los turcos y turcas, por si no se dieron cuenta. No critiquemos la sexualidad de otros, porque acabaremos exponiendo nuestras propias carencias y vergüenzas.
Esto se los dice un tipo que lleva quince años estudiando Turquía. No obstante, les recomiendo ver el programa y si critican algo, háganlo de manera constructiva.

7 comentarios:

Eugenio González. dijo...

Eso sucede en todos lados del mundo lo que no conoces lo criticas y sigues sin conocerlo.

Lucy Vergara dijo...

Muy cierto, no somos para nada expertos, estamos para aprender sin criticar...

Yahya. Carlos Flores A. Escritor. dijo...

¿Y cuál es el argumento? ¿Que los turcos sean machistas? Pero si los chilenos somos iguales. El burro hablando de orejas.

Rodrigo F. dijo...

"Hairi Bey ha ido a pasar unos días a casa de amigos en Uskudar, en la orilla asiática. Cada vez con más frecuencia. Selma incluso ha oído a las viejas kalfas murmurar que con todo lo que sucede en la ciudad no es por cierto momento de dejar a la sultana sola.

Mira a su despertador: son sólo las dos. ¡Qué lento pasa el tiempo! Tiene prisa por llegar mañana para tener noticias.

Yahya. Carlos Flores A. Escritor. dijo...

¿Todavía lo estás leyendo?

Rodrigo F. dijo...

Ahora si, esta completo Xd, lo pongo para romper el mito de que las mujeres de oriente, en particular las del mundo islámico, son unas completas sometidas y sumisas, en muchos casos tienen mucho más carácter que creídas y superficiales mujeres occidentales.

Yahya. Carlos Flores A. Escritor. dijo...

1,, 2, 3... ¡Exacto!

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Yahya. Carlos Flores A.
Escritor chileno.